La princesa Leonor cumple este viernes con todas las tradiciones previas a su partida, el sábado 11, a bordo del buque-escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano, en el 97º crucero de instrucción con el que completará su formación naval y pasará seis meses en el mar.
La princesa ha lucido en todos los escenarios el uniforme de gala, en el que destaca un detalle que destaca en su manga izquierda: el nudo llano que consiguen los alumnos aventajados, tanto por su formación académica como en el ejercicio de las prácticas militares.
Minutos antes de las 9:00, la princesa entraba, con los 75 guardiamarinas que realizarán este crucero, en el ayuntamiento de Cádiz para la tradicional recepción que ofrece el consistorio a los futuros oficiales de la Armada, que tiene como base de salida y llegada el muelle de la capital gaditana.
En formación de tres, y con sus uniformes de siete botones, los guardiamarinas, entre ellos la princesa Leonor, han entrado en el edificios, rodeados de un fuerte dispositivo de seguridad y de un gran despliegue de medios de comunicación. Y también de la niebla que a esas horas cubría la ciudad que no ha impedido que muchos curiosos se acercaran a ver al grupo.
El alcalde de Cádiz, Bruno García, el resto de representantes de la corporación y de autoridades de la provincia, como la delegada del Gobierno, Blanca Flores, y la delegada de la Junta de Andalucía, Mercedes Colombo, han recibido a la promoción en el salón de plenos, en un acto con el que la ciudad tiene por tradición desear buen viaje a los participantes en este crucero de instrucción a bordo de este casi centenario bergantín-goleta, en el que atravesarán el Atlántico para realizar una travesía por el continente americano.
El recorrido finalizará en Nueva York, donde Leonor de Borbón desembarcará para volar a España, y permanecer un mes a bordo de una fragata, antes de volver a unirse a sus compañeros, en el último tramo del crucero, en Gijón, en julio.
Tras una recepción en el consistorio que ha durado unos diez minutos, los guardiamarinas se han dirigido en autobús a San Fernando, para cumplir con otros ritos previos al viaje.
Allí han realizado una ofrenda floral en el Panteón de Marinos Ilustres, ubicado en la Escuela de Suboficiales de la Armada y han vertido en el cenotafio agua de los océanos que fueron recogidas el año pasado, en el anterior crucero de instrucción y que los guardiamarinas suelen recoger en ánforas para cumplir esta tradición.
También han hecho una ofrenda floral a la Virgen del Carmen, patrona de la Armada, en la iglesia de San Fernando, dedicada a esta virgen.
Los guardiamarinas se preparan así para despedirse mañana en el muelle de Cádiz de sus familias y embarcarse definitivamente en el Juan Sebastián de Elcano. Entre ellos estarán los reyes, para desear buena suerte a su hija y sus 75 compañeros en esta aventura que les valdrá «para toda la vida», según dijo el rey Felipe VI, que realizó esta misma singladura en 1987, casi 40 años después de que lo hiciera su padre.