La oposición georgiana convocó a protestas el lunes y la Unión Europea exigió una investigación sobre las «irregularidades» tras una disputada votación legislativa que mostró una victoria del partido gobernante acusado de acercarse a la órbita de Rusia . La presidenta pro occidental Salomé Zurabishvili acusó el domingo a Moscú de orquestar un fraude electoral, calificándola de «operación especial rusa». En medio de airadas afirmaciones de la oposición sobre el resultado, Zurabishvili convocó a una manifestación el lunes. El ex presidente encarcelado Mikheil Saakashvili también convocó a protestas masivas. La Unión Europea habÃa advertido que la votación del sábado, vista como una prueba crucial de la democracia en el paÃs del Cáucaso , podrÃa determinar las posibilidades de Tbilisi de unirse al bloque. El presidente del consejo de la UE, Charles Michel, escribió en las redes sociales que las autoridades georgianas deberÃan «investigar y juzgar de forma rápida, transparente e independiente las irregularidades electorales y las acusaciones de las mismas». «Estas supuestas irregularidades deben aclararse y abordarse seriamente», afirmó. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, también dijo que apoyaba los pedidos de investigaciones sobre «violaciones relacionadas con las elecciones», citando informes de observadores internacionales y locales sobre «compra de votos e intimidación de votantes». Después de reunirse con los lÃderes de la oposición en Tbilisi, Zurabishvili dijo que se habÃa producido una «falsificación total de las elecciones». «Somos testigos y vÃctimas de una operación especial rusa, una forma moderna de guerra hÃbrida contra el pueblo georgiano», afirmó. Los observadores internacionales dijeron que las elecciones del sábado estuvieron « empañadas por un campo de juego desigual , presión y tensión». Una misión del Parlamento de la UE también expresó su preocupación por un «retroceso democrático», diciendo que habÃa visto casos de «relleno de urnas» y «agresiones fÃsicas» a los observadores. Saakashvili, quien encabezó la incruenta Revolución de las Rosas en 2003, dijo en Facebook que los legisladores de la oposición deberÃan renunciar a sus escaños parlamentarios. « Ahora es el momento de protestas masivas . Debemos mostrar al mundo que estamos luchando por la libertad y que somos un pueblo que no tolerará la injusticia», afirmó. Los recuentos oficiales de más del 99 por ciento de los distritos electorales mostraron que el partido gobernante Sueño Georgiano ganó el 54 por ciento de los votos , mientras que la principal coalición de oposición pro occidental obtuvo el 37,5 por ciento. El resultado otorga a Sueño Georgiano 91 escaños en el parlamento de 150 miembros, suficientes para gobernar pero lejos de la supermayorÃa que habÃa buscado para aprobar una prohibición constitucional a todos los principales partidos de oposición. «Nuestra victoria es impresionante», afirmó en un comunicado el primer ministro Irakli Kobakhidze, acusando a la oposición de «socavar el orden constitucional del paÃs» al cuestionar la victoria de su partido. El gobierno dijo que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, aliado del partido gobernante y actual titular de la presidencia rotatoria de la UE, visitarÃa Georgia el lunes y martes. Orban se apresuró a felicitar a Sueño Georgiano por una «victoria abrumadora» el sábado después de que una encuesta a pie de urna mostrara al gobierno a la cabeza y antes de que se publicaran los resultados preliminares. Otra encuesta a pie de urna realizada por la encuestadora estadounidense Edison Research habÃa proyectado una victoria de la oposición por un margen del 11 por ciento. Los partidos de oposición se alinearon para denunciar la votación. «Este es un intento de robar el futuro de Georgia «, dijo Tina Bokuchava, lÃder del Movimiento Nacional Unido (MNU) de Saakashvili. Nika Gvaramia, lÃder del partido liberal Akhali, calificó la forma en que se celebró la votación como «un golpe constitucional» por parte del gobierno. La analista Gela Vasadze, del Centro de Análisis Estratégico de Georgia, dijo que el paÃs se estaba hundiendo «en la inestabilidad polÃtica por un perÃodo indefinido» y que sus esperanzas en la UE se habÃan «apagado». Dijo, sin embargo, que la oposición carecÃa de «lÃderes carismáticos que pudieran canalizar la ira popular en una ola de protestas capaz de provocar un cambio polÃtico». Georgia se vio asolada por manifestaciones masivas este año contra lo que la oposición vio como intentos del gobierno de restringir las libertades democráticas y desviar al paÃs de cuatro millones de habitantes de su rumbo prooccidental y acercarlo a Rusia. En el poder desde 2012, Sueño Georgiano inicialmente persiguió una agenda polÃtica liberal pro-occidental. Pero en los últimos dos años ha cambiado de rumbo. Su campaña se centró en una teorÃa de la conspiración sobre un «partido de guerra global» que controla las instituciones occidentales y busca arrastrar a Georgia a la guerra entre Rusia y Ucrania. En un paÃs marcado por la invasión rusa de 2008 , el partido ha ofrecido a los votantes historias fantasmales sobre una amenaza inminente de guerra, que sólo el Sueño Georgiano podrÃa evitar. La controvertida ley sobre «influencia extranjera» de Sueño Georgiano , que apuntaba a la sociedad civil, provocó semanas de protestas callejeras y fue criticada como una medida al estilo del Kremlin para silenciar la disidencia. La medida llevó a Bruselas a congelar el proceso de adhesión de Georgia a la UE, mientras que Washington impuso sanciones a decenas de funcionarios georgianos. En una campaña contra las minorÃas sexuales, el partido gobernante ha adoptado medidas que prohÃben la «propaganda LGBTQ», anulan los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero y prohÃben la reasignación de género.