Publicado: septiembre 12, 2025, 1:30 am
Las expectativas estaban muy altas. Era lógico, habida cuenta de que siendo como son dos de los nombres más importantes dentro de la familia real británica, no se veÃan desde febrero del año pasado, en lo que además una visita exprés en la que Carlos III de Inglaterra le comunicó a su hijo pequeño, el prÃncipe Harry, el cáncer que padecÃa y el tratamiento que iba a seguir a partir de entonces. Por ello, porque habÃa pasado un año y medio, se venÃan barruntando todas las opciones posibles desde que se supo que el duque de Sussex irÃa a Inglaterra esta semana por sus compromisos con varias organizaciones benéficas.
Los primeros dÃas, dado que Harry llegó el lunes a Londres, ya tenÃa un importante compromiso, el principal por el que habÃa viajado: la gala de los premios WellChild, asà como el martes y el miércoles tenÃa recepciones privadas con otras fundaciones que ha ido apoyando durante años. Por eso mismo se contemplaron desde los principales medios británicos casi todas las opciones, desde que no sacasen tiempo para verse hasta que no solo lo hiciesen, sino que se tomasen una fotografÃa juntos que, de alguna forma, fuese incluso histórica, por lo que significarÃa para la reconciliación de La Firma desde que tuvo lugar el Sussexit.
Finalmente, aunque sin imagen que sirva de ejemplo sobre la conciliación entre las dos partes de cara a la galerÃa, se reunieron en Clarence House, la residencia del monarca en Londres. Algunos tabloides se apresuraron a decir que habÃa sido un gesto de buena voluntad del soberano para con su hijo, si bien la realidad era distinta: el prÃncipe Harry llegó alrededor de las 17:20, hora británica, alrededor de una hora y media después que su padre, que no acudió desde Balmoral expresamente para reencontrarse con su hijo, sino que ya tenÃa previamente en su agenda oficial el estar allà para otros asuntos, como reunirse con Manfred Goldberg, superviviente del Holocausto, a quien le ha ofrecido el tÃtulo de Orden del Imperio Británico.
Aun asÃ, no ha trascendido de qué hablaron Carlos III y su hijo en una reunión que duró apenas 55 minutos, ya que el prÃncipe, al marcharse, a la prensa allà reunida, afirmó que habÃa estado «genial» pero que tenÃa prisa para llegar a otro compromiso.
Los medios, como The Times, han criticado el poco tiempo que ha durado el rencuentro, para llevar 19 meses sin verse, mientras que otros, como el Daily Mail, no han tenido reparos en aprovechar esta visita de Harry para sacar lanzar alguna que otra puya contra él, recordando en un reportaje toda su etapa como «el prÃncipe fiestero», o lanzando una encuesta sobre si el rey ha hecho bien o no en reunirse con su hijo tras afirmar en sendas columnas de opinión de expertos que Harry es «un hijo pródigo» del que también depende el futuro de la monarquÃa, o que está «desesperado» por poder volver a Inglaterra.
Las fuentes internas y cercanas a los Windsor de los principales medios ha explicado que, en su recepción, ambos tomaron una taza de té y que fue una conversación de carácter «Ãntimo y personal». Solo The Mirror parece haber hecho las paces con Harry, con una experta en lenguaje corporal afirmando que el prÃncipe parecÃa «optimista y animado» tras la reunión, asà como haciendo hincapié en la donación de más de un millón de libras que ha hecho a la beneficencia, si bien hay otros medios que han asegurado que el prÃncipe Harry le ha puesto tres condiciones a su padre para volver a estrechar lazos.
Dichas condiciones serÃan que su seguridad y la de su familia estén sufragadas por la corona cuando vayan a Inglaterra, que no haya filtraciones a la prensa sobre sus movimientos o los de su familia y que Meghan Markle recupere su tratamiento de alteza real, el cual perdió después de que se marchasen a vivir fuera del Reino Unido. Aunque se desconoce si son ciertas o no estas exigencias o si el monarca las ha aceptado o desestimado, lo cierto es que entroncan muy bien con el gran objetivo de la prensa británica en esta visita de Harry: atacar a Meghan Markle.
Una cruzada contra la duquesa
Porque parece que la prensa británica jamás perdonará a la exactriz. Y menos si, como ha ocurrido en este caso, no solo no ha acudido a Londres en el aniversario de la muerte de Isabel II, sino que ni siquiera ha hecho declaración alguna en sus redes. No tiene obligación, dado que ya no forma parte de la familia real británica, pero el hecho de que sà compartiese un vÃdeo de la gala benéfica a la que acudió su marido ha molestado todavÃa más. Desde Vanity Fair, por ejemplo, han contabilizado hasta una docena de titulares contra Meghan Markle por parte del Daily Mail, el doble de los que le dedicaban estos dÃas a su marido, que sà estaba en Londres.
Desde la razón por la que la duquesa «no es bienvenida en el lecho de muerte de Isabel II» a su «desdén e ‘increÃble envidia’ hacia Kate [Middleton]» o su «desaire a la reina de Vogue». The Mirror, por su parte, apenas si ha hecho alusión a una posible «amenaza» de Meghan a su esposo por haber expuesto «sus verdaderos sentimientos», aunque el resto no eran tan crÃticos —en especial por haber perdido el juicio contra Harry por haberle hackeado las comunicaciones—.
El prÃncipe Guillermo
Lo cual nos lleva a la última sorpresa. Siendo como son los miembros de la familia real británica más populares entre el pueblo, que haya crÃticas al prÃncipe Guillermo o a Kate Middleton por parte de los medios locales y de sus expertos ha sido novedoso. En sus reportajes sobre la visita de Harry, muchos medios han recordado cómo le ha «contraprogramado» la futura reina consorte apareciendo sin aviso previo en los actos que tenÃa agendados su marido únicamente, en un toque de atención sobre lo raro que queda esta guerra sucia por acaparar titulares.
Por otro lado, en el Daily Maili dos voces reconocidas como expertos en asuntos de la realeza han cuestionado si la reconciliación es posible mientras el prÃncipe Guillermo siga en sus trece. Por un lado, Amanda Platell se muestra tajante, afirmando que el heredero al trono «jamás va a perdonar a su hermano» y que no haberse reunido con él en esta visita es otro «desprecio» de Guillermo a Harry.
Por último, Liz Jones ha sido la más contundente a la hora de hablar del orgullo del hermano mayor y cómo se tiene que bajar del burro: «Harry lo está haciendo todo bien y estoy muy contenta por su tan esperado reencuentro con Carlos III, pero ahora es el pérfido Guillermo quien necesita descender del pedestal en el que está».