Publicado: septiembre 26, 2025, 5:00 am
Han pasado ya más de cinco años desde que estalló la pandemia de covid-19, y desde entonces hemos aprendido mucho sobre la enfermedad. Entre otras cosas, hemos podido ver que en algunos casos aparecen determinados síntomas que pueden llegar a mantenerse incluso muchos años después de la infección inicial.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista especializada JAMA Network Open ha encontrado que este es el caso de una de las complicaciones más características de la infección vírica, como es la pérdida del olfato.
Pérdida olfativa severa en un 23% de los casos
Concretamente, se trata de un estudio llevado a cabo sobre más de 3.000 personas, la mayoría de las cuales tenían covid (aunque no en todos los casos). Algunos sospechaban tener pérdida olfativa (anosmia) y otros estaban menos preocupados; pero lo cierto es que muchos en ambos grupos demostraron tener problemas para percibir correctamente los olores, una condición médica más grave de lo que parece que puede impedir a las personas detectar amenazas como comida en mal estado o incluso gases tóxicos o inflamables.
Más específicamente, en torno al 80% de las personas que habían tenido covid presentaban dificultades olfativas, fueran conscientes de ellas o no. En un 23% de los casos, esta pérdida del olfato era severa. La mayoría de ellos, además, reportaba otros síntomas persistentes como déficits cognitivos: una complicación que la literatura científica ya había asociado en varias ocasiones con la anosmia.
Otra conclusión interesante del estudio es que, de los participantes que no habían notado ninguna pérdida olfativa, hasta un 66% la presentaba a la hora de realizar test; no sólo esa, sino que era severa incluso en un 8,2% de los casos. Este dato indica la importancia de evaluar este síntoma en los pacientes que han padecido covid-19, incluso aunque no lo reporten.
Un síntoma hasta dos años después
De media, los test olfativos se realizaron 2 años después de la infección, lo que sugiere que es un síntoma que puede prolongarse durante mucho tiempo después del cuadro inicial. Aún así, los investigadores advierten de que esta prueba representa una instantánea en el tiempo: la complicación puede evolucionar de distintas maneras en diferentes personas, y no todo el mundo mantiene este problema durante más de dos años.
Por otra parte, también avisan de que la covid no es la única causa de pérdida olfativa. La condición puede ser idiopática (es decir, no tener una causa claramente identificable) o incluso ser resultado de muchas otras enfermedades (tumores, traumas, defectos congénitos, enfermedades neurodegenerativas…
Teniendo todo en cuenta, los autores proponen por una parte que todos los pacientes se sometan a cribados de pérdida olfativa después de pasar la covid-19, y de la misma manera insisten en que incluso en otras personas se trata de un síntoma al que es importante prestar una atención adecuada.
Referencias
Leora I. Horwitz, Jacqueline H. Becker, Weixing Huang et al. Olfactory Dysfunction After SARS-CoV-2 Infection in the RECOVER Adult Cohort. JAMA Network Open (2025). DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2025.33815