Publicado: noviembre 28, 2025, 6:30 am
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este viernes su primera guÃa sobre prevención, diagnóstico y tratamiento de la infertilidad, en la que destaca que todos los paÃses deben trabajar para integrar en Atención Primaria los servicios sanitarios relacionados y dotarlos de financiación pública.
«La nueva guÃa responde a la creciente demanda mundial de una atención de la fertilidad coherente y de alta calidad, y se ajusta a las recientes estimaciones mundiales de la OMS, según las cuales una de cada seis personas en todo el mundo sufre infertilidad a lo largo de su vida«, ha detallado en rueda de prensa la directora del Departamento de Salud Sexual, Reproductiva, Materna, Infantil y Adolescente y Envejecimiento de la OMS y del Programa Especial de las Naciones Unidas sobre Reproducción Humana, Pascale Allotey.
La OMS define la infertilidad como la imposibilidad de lograr un embarazo después de 12 meses de relaciones sexuales regulares sin protección. Según asevera, esto puede tener consecuencias negativas sobre la salud mental de las personas afectadas, causando un malestar significativo y una disminución de la calidad de vida, junto a problemas de pareja y económicos en el caso de querer revertir la situación.
«A pesar de su relevancia, la respuesta mundial a la infertilidad es insuficiente. En muchos paÃses, la infertilidad no se incluye en las polÃticas, los servicios o la financiación de la salud», ha aseverado el cientÃfico Gitau Mburu, miembro del Programa de Reproducción Humana de la Organización Mundial de la Salud, quien ha señalado que la mitad de los 95 paÃses analizados no tienen polÃticas para abordar la infertilidad ni destinan financiación nacional.
En este contexto, la guÃa publicada incluye un total de 40 recomendaciones sobre prevención, diagnóstico y tratamiento de la infertilidad, con especial énfasis en el primer aspecto para poder reducir asà la cantidad de recursos que se necesitarán en las siguientes fases.
«No estamos pidiendo a los paÃses que proporcionen las intervenciones más avanzadas para todo el mundo, en todas partes y al mismo tiempo», ha destacado Mburu puntualizando que, por ejemplo, la fecundación ‘in vitro’ no puede implementarse en todos los lugares por su elevado coste, pero que sà se pueden contemplar intervenciones básicas, y que estas deberÃan incluirse en la Atención Primaria para poder avanzar hacia pruebas más avanzadas en un futuro.
«Esta guÃa identifica los pasos clave que deben seguirse en la evaluación y el tratamiento de la infertilidad, desde la consulta inicial, la elección de las pruebas adecuadas, el acuerdo y la administración del tratamiento, las derivaciones a especialistas para tratar afecciones preexistentes y el seguimiento clÃnico, hasta la documentación de los resultados finales del tratamiento», ha detallado.
Abordar factores de riesgo
La guÃa destaca la necesidad de abordar los principales factores de riesgo de infertilidad, entre los que se encuentran la edad avanzada; el estilo de vida, incluyendo el consumo excesivo de alcohol o tabaco; y las infecciones de transmisión sexual y pélvicas. Frente a estas, recomienda intervenciones en el estilo de vida, como una dieta saludable, actividad fÃsica y dejar de fumar, para las personas y parejas que planean o intentan tener un embarazo.
Asimismo, el documento aboga por integrar la atención psicosocial como una parte más del tratamiento de infertilidad, teniendo en cuenta que existe evidencia sobre la repercusión de esta afección a nivel personal. «A veces, las personas no son realmente capaces de identificar que están teniendo dificultades en términos de salud psicosocial, depresión, ansiedad, etc.», ha insistido Mburu.
Otro punto fundamental de la guÃa gira en torno al estigma de la infertilidad y sus efectos. A este respecto, muestra que el 36 por ciento de las mujeres con infertilidad sufren violencia por parte de su pareja a causa de ello, además de que hay datos de que el Ãndice de divorcios es más alto entre las personas que han tenido dificultades para lograr un embarazo y también sobre un aumento de ansiedad, depresión y malestar psicológico entre los afectados.
«Ahora bien, un punto importante que hay que señalar aquà es que, en la mayorÃa de los lugares, son las mujeres las que soportan una culpa y un impacto desproporcionados por la infertilidad», ha advertido Mburu. Sin embargo, ha subrayado que los factores masculinos, bien por sà solos o en combinación con factores femeninos, contribuyen al 45,1 por ciento de los casos de infertilidad.
Frente al estigma, el cientÃfico ha comentado que cuanto más se habla sobre infertilidad en un paÃs, más probable es que las personas normalicen que se puede padecer esta condición y que se puede resolver, por lo que ha animado a los paÃses a actuar en esta lÃnea y ofrecer una atención más segura, más justa y más asequible para todos. «Queremos romper el silencio en torno a la infertilidad», ha concluido.
La OMS confÃa en poder contar con la colaboración de los ministerios de salud, asociaciones profesionales, organizaciones de la sociedad civil y otras organizaciones no gubernamentales en la aplicación de las recomendaciones que contempla la guÃa.
