Publicado: octubre 4, 2025, 4:00 pm
Donald Trump reactivó nuevamente el debate comercial con la posibilidad de imponer aranceles del 100% a las películas producidas fuera de Estados Unidos, además de nuevos gravámenes a muebles importados. Las declaraciones generaron dudas legales, así como la alarma en cadenas de suministro.
El 29 de septiembre pasado, Trump publicó en su red social Truth Social que su gobierno impondría un arancel del 100% a todas las películas hechas en el extranjero que ingresen al mercado estadounidense, afirmando que el negocio cinematográfico fue robado de Estados Unidos por otros países”.
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Al mismo tiempo, adelantó que también impondría aranceles “sustanciales” a muebles importados, acusando que estados como Carolina del Norte perdieron su industria mueblera frente a la competencia externa.
Propuestas de gravamen
Las propuestas incluyen tasas de hasta 25% en muebles de madera, gabinetes de cocina y ciertos muebles tapizados, así como aranceles del 10% para productos de madera y materia prima. Además, insinuó que algunos impuestos podrían aumentar al 30 o 50% en determinados artículos a partir del próximo año.
El peso legal y técnico de tales medidas resulta incierto. El gobierno todavía no define un mecanismo para aplicar los aranceles en películas, las cuales, en muchos casos, no se “importan” como un bien físico, sino que circulan como servicios digitales o mediante acuerdos internacionales.
Los expertos señalan que las leyes estadounidenses prohíben que el presidente imponga impuestos sobre “materiales informativos”, categoría donde se podría incluir a las películas, pero la Casa Blanca no tiene decisiones definitivas.
Reacciones en el mundo del entretenimiento
La propuesta de Trump generó fuertes críticas en la industria cinematográfica. Celebridades como George Clooney sugirieron que mejor se tengan incentivos fiscales para retener las producciones en EU, aduciendo que los aranceles podrían encarecer los costos y perjudicar tanto al público como a los creadores.
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En festivales internacionales, figuras como Wes Anderson ridiculizado la idea, mientras que el director de Bollywood, Kabir Khan, señaló que muchas películas estadounidenses ya se filmaban parcialmente en otros países, lo cual hace que gravar toda producción externa sufra consecuencias no deseadas en el comercio cultural global.
Impacto en el sector mueblero
Las nuevas medidas para muebles inquietaron a los exportadores, particularmente, en Asia. Firmas muebleras con producción en Vietnam decidieron mantener operaciones allí en lugar de trasladarse a los Estados Unidos, pese a los gravámenes esperados del 25% o más, ya que confían en que los consumidores absorban el costo adicional.
Analistas advierten que las tasas pueden encarecer las viviendas nuevas, reformas de interiores y muebles de uso cotidiano, lo que impactará en el consumidor final; incluso, algunos productos podrían sujetarse a tasas aún mayores en ciertos artículos especializados.
¿Qué podemos esperar?
El argumento para dichos aranceles se apoya en la invocación de la sección 232 (una norma que permite gravámenes por motivos de “seguridad nacional”), alegando que las importaciones masivas debilitan la capacidad manufacturera interna y ponen en riesgo infraestructuras.
Y, aunque los anuncios de Trump causaron titulares internacionales, el camino hacia su implementación es tortuoso. Algunas de sus medidas arancelarias recientes quedaron suspendidas por sentencias judiciales que consideraron que excedían su autoridad ejecutiva y queda por verse si estas ideas prosperan dentro de proyectos legislativos, sobreviven desafíos judiciales o se transforman en incentivos alternativos.