Falta que den el salto en masa al mercado. Pero ya está aquí una nueva generación de superenvases que ponen freno al desperdicio alimentario. Están diseñados para interactuar con los alimentos. Algunos absorben la humedad, el oxígeno o el etileno mejorando así la conservación del producto y retrasando su deterioro. Otros emiten sustancias como CO2, iones de plata o aceites esenciales o extractos vegetales para proteger, por ejemplo, carnes y pescados de microorganismos, bacterias y hongos, que pueden causar infecciones como la salmonella. Los hay que desprenden antioxidantes para mantener la frescura y el valor nutricional de frutas y verduras. A veces son film, o tintas o líquidos que se imprimen en embalajes de cartón o de plástico. Los más… Ver Más