Publicado: septiembre 6, 2025, 8:00 am
Era poco antes de la medianoche del domingo pasado, y los escarpados y montañosos valles del este de Afganistán acababan de ser azotados por un potente terremoto de magnitud 6,0 en la escala de Richter. El doctor Abdul Mateen Sahak dormía en su casa de Jalalabb. A la 1 de la madrugada, las llamadas se volvieron más urgentes: “Hemos recibido múltiples heridos de diferentes zonas y la situación no pinta bien. ¡Ayúdennos si les es posible!”, recuerda.