Cuando el rover Perseverance amerizó en Marte en febrero de 2021, entre sus tareas se contemplaba recoger muestras que una misión futura de la NASA junto con la Agencia Espacial Europea (ESA) deberÃa recuperar años después. Aquel proyecto se bautizó como Mars Sample Return (MSR). Sin embargo, menos de un lustro después, sus responsables se han percatado de que aquella idea es más complicada de lo que pensaban. Asà que la NASA vuelve a barajar un plan que en los últimos años le ha funcionado bien: dejar la iniciativa en manos de las empresas privadas. Antes del lanzamiento de Perseverance, en 2020, se estimó que el proyecto podrÃa tener un coste de, como máximo, 3.000 millones de dólares. Sin embargo, en abril del pasado año, la NASA reconoció que el presupuesto se habÃa disparado a más de los 11.000 millones de dólares. Una situación más que delicada para la misión más aún si se tenÃa en cuenta que un informe de evaluación señalaba que, debido a la complejidad de los objetivos, no se podrÃan rescatar los restos recolectados en Marte hasta al menos 2040, una década después de lo previsto inicialmente. Es por ello que el pasado mes de abril Bill Nelson, el administrador de la NASA, dio una rueda de prensa valorando el panorama de la misión y anunció que habÃa que valorar otras alternativas. Y ahora llega el momento de tomar decisiones. «Que el coste del retorno de las muestras aumentase a 11.000 millones de dólares y las muestras regresen en 2040 es inaceptable. Asà que hemos dejado de lado ese plan», ha señalado Nelson en la rueda de prensa online. «La NASA busca nuevos diseños para hacer MSR a menor coste y regresar en la década de 2030. Se busca un menor riesgo y una menor complejidad de la misión». Por ello, el aún administrador de la NASA ha anunciado que la agencia ha decidido simplificar el proyecto y que baraja dos opciones: por un lado, utilizar una grúa aérea (Skycrane), como ya hiciera con los amerizajes de Perseverance o Curiosity, pero utilizada de forma inversa, y que transportara el material hasta la nave espacial que construirá la ESA; o, por otro lado, confiar en viejos socios comerciales como SpaceX (empresa espacial de Elon Musk y principal contratista de la NASA) o Blue Space -ambas ya han manifestado su interés en el proyecto- para construir un módulo de aterrizaje. El plan original involucraba no solo un módulo de aterrizaje, sino también un vehÃculo de ascenso, un brazo de transferencia de muestras y dos helicópteros a semejanza de Ingenuity. Todo eso, de momento al menos, parece que tendrá que esperar. Perseverance posee 43 tubos en los que puede almacenar muestras y de los que tiene completos alrededor de una treintena del cráter Jezero y sus alrededores, un lugar en el que todo apunta a que hace más de 3.500 millones de años, los canales de los rÃos se desbordaron por la pared del cráter y crearon un lago. Ahà es donde el rover está buscando señales de vida marciana pasada, encontrando muestras bastante prometedoras (unas en concreto con marcas que podrÃan sugerir vida microbiana pasada) de las que no se puede averiguar más detalles in situ por la limitación de los instrumentos del rover. En diciembre, Nelson ya dio pistas sobre el posible futuro de la misión. «Lo que está surgiendo es que al involucrar a la industria (empresas privadas), y no solo a centros de la NASA, se está llegando a propuestas mucho más prácticas, donde pueden acelerar el tiempo y reducir considerablemente el el coste», ha señalado Nelson. Ahora esta actualización pone de manifiesto la cuerda floja en la que se mantiene el proyecto, que pasarÃa a costar entre 6.600 y 7.700 millones de dólares en el caso de utilizar la grúa aérea; o entre 5.800 y 7.200 millones de dólares en si se opta por la opción privada. «El retorno directo podrÃa ser tan temprano como en 2035, tal vez en 2039», ha señalado Nelson, si bien la misión debe conseguir 300 millones de dólares de financiación inicial este mismo año, según ha revelado el administrador de la NASA. Sin embargo, el lanzamiento de las misiones no se producirá hasta al menos 2030 para el orbitador de retorno a la Tierra y en 2031 para el módulo de aterrizaje de retorno de muestras. Según Nelson, la decisión habrá que tomarla, como tarde, en 2026. Sea como sea, no será él quien tome la decisión final: el actual responsable de la NASA será relevado próximamente por Jared Isaacman , el magnate e impulsor de viajes espaciales privados con SpaceX nombrado por el presidente electo Donald Trump, y quien le ocupará ahora su puesto. Esta decisión se toma en un contexto de nueva carrera espacial y de Marte como uno de los campos de batalla más jugosos – junto con la Luna -. Porque el Planeta Rojo ha dejado de ser feudo de EE.UU. y otros paÃses están pujando fuerte por convertirse también en referencia en la exploración de nuestro vecino. En la actualidad, diez misiones robóticas están explorando la superficie y la atmósfera de Marte, entre ellos siete orbitadores, dos rovers y un helicóptero. Entre ellas, la principal competencia de EE.UU. es China que, aparte de crear su propia estación espacial, alunizar por primera vez en la historia en la cara oculta de la Luna y traer restos a la Tierra, amén de ser el segundo paÃs que posa un rover sobre el Planeta Rojo, ya ha anunciado que planea lanzar su propia misión de retorno de muestras a Marte en 2028 con el objetivo de traerlas de regreso a nuestro planeta en 2031, antes que el plan de la NASA . La carrera por recuperar rocas marcianas, sin duda, ha empezado.