Publicado: marzo 7, 2025, 8:00 am
En agosto y septiembre de 1977, la NASA lanzó desde Cabo Cañaveral dos naves espaciales, las Voyager 1 y 2, para estudiar las fronteras exteriores del Sistema Solar . Nadie podrÃa pensar entonces que estos dos artefactos seguirÃan en funcionamiento 47 años después, alejándose cada vez más de la Tierra en las regiones desconocidas del espacio interestelar. Ningún objeto construido por la humanidad ha llegado tan lejos. Pero un viaje tan largo pasa factura. La energÃa eléctrica de las sondas gemelas se agota gradualmente, hasta el punto de que, si no se toman medidas, el fin de la misión podrÃa ser declarado «en unos pocos meses». Para evitarlo, la NASA ha decidido apagar un instrumento cientÃfico en cada Voyager. «Las Voyager han sido estrellas del espacio profundo desde su lanzamiento y queremos que siga siendo asà durante el mayor tiempo posible», dice en un comunicado Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager en el JPL. Las dos naves dependen de un sistema de energÃa de radioisótopos que genera electricidad a partir del calor del plutonio en descomposición. Ambas pierden alrededor de 4 vatios de energÃa cada año. La única posibilidad de que siga funcionando es apagar sucesivamente sus diez instrumentos cientÃficos, idénticos para cada nave. Los instrumentos destinados a recopilar datos durante los sobrevuelos planetarios fueron apagados después de que las naves completaron su exploración de los gigantes gaseosos del sistema solar. Los que permanecieron encendidos fueron aquellos que el equipo cientÃfico consideró importantes para estudiar la heliosfera, una burbuja protectora de viento solar y campos magnéticos creada por el Sol, y el espacio interestelar, la región fuera de la heliosfera. La Voyager 1 llegó al borde de la heliosfera y al comienzo del espacio interestelar en 2012 ; la Voyager 2 alcanzó esa última frontera en 2018. Ninguna otra nave espacial hecha por la humanidad ha operado en el espacio interestelar. Ahora, la Voyager 1 se encuentra a más de 25.000 millones de kilómetros de distancia, mientras que la Voyager 2 ha recorrido más de 21.000 millones de kilómetros. De hecho, se necesitan más de 23 horas para que una señal de radio desde la Tierra llegue a la sonda más alejada, y 19 horas y media a la otra. El subsistema de rayos cósmicos que se apagó en la Voyager 1 la semana pasada es un conjunto de tres telescopios diseñados para estudiar los rayos cósmicos, incluidos los protones de la galaxia y el Sol, midiendo su energÃa y flujo. Los datos de esos telescopios ayudaron al equipo cientÃfico de la Voyager a determinar cuándo y dónde la Voyager 1 salió de la heliosfera. El instrumento de partÃculas cargadas de baja energÃa de la Voyager 2, cuya desactivación está prevista para finales de este mes, mide los distintos iones, electrones y rayos cósmicos que se originan en nuestro sistema solar y nuestra galaxia. En octubre pasado, también para conservar energÃa, la NASA apagó el instrumento cientÃfico de plasma de la Voyager 2 , que mide la cantidad de plasma (átomos cargados eléctricamente) y la dirección en la que fluye. El instrumento de plasma de la Voyager 1 se habÃa apagado hace años debido a un mal rendimiento. «Las sondas Voyager han superado con creces su misión original de estudiar los planetas exteriores», afirmó Patrick Koehn, cientÃfico del programa Voyager en la sede de la NASA en Washington. «Cada bit de datos adicionales que hemos recopilado desde entonces no solo es un valioso aporte cientÃfico para la heliofÃsica, sino también un testimonio de la ingenierÃa ejemplar que se ha empleado en las Voyager, que comenzó hace casi 50 años y continúa hasta el dÃa de hoy». Los ingenieros de la misión han tomado medidas para evitar apagar los instrumentos cientÃficos durante el mayor tiempo posible, ya que los datos recopilados por las sondas son únicos. Con estos dos nuevos instrumentos apagados, las naves deberÃan tener suficiente energÃa para funcionar durante aproximadamente un año antes de que el equipo tenga que apagar otro instrumento en ambas naves espaciales. Mientras tanto, la Voyager 1 seguirá utilizando su magnetómetro y su subsistema de ondas de plasma. El instrumento de partÃculas cargadas de baja energÃa de la nave espacial seguirá funcionando el resto de 2025, pero se apagará el año próximo. Por su parte, la Voyager 2 seguirá utilizando sus instrumentos de campo magnético y de ondas de plasma en el futuro próximo. Está previsto que su subsistema de rayos cósmicos se apague en 2026. Con la implementación de este plan de conservación de energÃa, los ingenieros creen que las dos sondas podrÃan tener suficiente electricidad para seguir operando con al menos un instrumento cientÃfico hasta la década de 2030. Pero también son conscientes de que las Voyager han estado navegando en el espacio profundo durante 47 años y que desafÃos imprevistos podrÃan acortar ese plazo. «Cada minuto de cada dÃa, las Voyager exploran una región a la que ninguna nave espacial ha llegado antes», dijo Linda Spilker, cientÃfica del proyecto Voyager en el JPL. «Eso también significa que cada dÃa podrÃa ser el último. Pero ese dÃa también podrÃa traer otra revelación interestelar. Por eso, estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que las Voyager 1 y 2 continúen su camino durante el máximo tiempo posible».