Publicado: mayo 12, 2025, 12:30 am
Ilia Topuria se ha convertido en una total estrella. Dentro de su deporte, las artes marciales mixtas (MMA), ha conseguido lo más grande que se puede hacer. Se convirtió en campeón de la UFC derrotando a un histórico como lo fue Alexander Volkanovski . Ahora, El Matador no se queda sentado, pues ya mira hacia el peso ligero (155 libras o 70,3 kilos) para buscar su segundo cinturón. La fecha y el lugar están decididos: 28 de junio en el UFC 317 . Solo falta saber si será Islam Makhachev o Charles Oliveira. Pero lo que lo ha llevado a ser un fenómeno de masas no han sido solo sus habilidades dentro de la jaula. También han influido sus actos fuera del deporte y su mentalidad, la cual supone un gran ejemplo para los jóvenes. Desde que llegó a la compañía de Dana White ha mantenido el mismo discurso de hoy en día. Aunque muchos lo tachan de soberbio, él explica que es confianza en el trabajo duro que realiza. «Hago todo lo que está en mi mano, no me preocupa mucho perder el invicto , porque sé que va a ser mi compañero hasta que me vaya de este deporte. Sé ya que voy a ganar , no me presentaría en una competición si no supiera que voy a ganar», señaló El Matador en El Hormiguero. Aun así, cada vez llega a más y más gente, por lo que no se aprecia el trasfondo real de sus palabras. En las ruedas de prensa, al igual que en redes sociales, Topuria se caracteriza por vender sus peleas por medio del trash talk , que viene a ser una forma de calentar el enfrentamiento por medio de la palabra. A ojos del público suele quedar como el ‘malo’ de la película. Pero esto no supone nada nuevo para el hispanogeorgiano. «Me ha tomado tiempo entender que toda critica es una confesión. Lo que ves en los demás es porque primero lo ves en ti. Nada constructivo en mi vida ha llegado en forma de crítica. no suelo hacer caso », decía con confianza. Y aunque se pudiera pensar que un deporte como este las rivalidades traspasan los golpes, calando en lo más hondo de sus seres. Pero más lejos de la realidad. «No hay un rencor que venga desde el corazón, cada uno está luchando por sus familias , yo por la mía, al final del día no deja de ser deporte. Somos compañeros. Primeramente lucho por mí, es lo que me gusta hacer desde que tengo cargo de conciencia, y después obviamente lo hago por mi familia, es un gran motor », declaraba Topuria. Al final, todo aquel que se sube a un octágono lo hace por sus propias motivaciones. Solo buscan hacer su trabajo, llevar el sustento a sus hogares , aunque esta labor implique golpearse con el que tienen en frente. Por ello, no es solo necesario tener unas buenas capacidades físicas y ser un maestro del combate. También es necesario una mentalidad igual de fuerte que tu cuerpo , para aguantar lo que este deporte trae consigo.
