Publicado: diciembre 19, 2025, 9:30 am
El Tribunal de Apelación de L’Aquila (centro de Italia) rechazó este viernes el recurso de los padres de los tres niños que vivÃan aislados en un bosque del centro de Italia y confirmó la suspensión de su responsabilidad parental, asà como el amparo de los menores en una casa de acogida.
La corte confirmó asà las medidas adoptadas por el Juzgado de Menores el pasado 21 de noviembre, que dispuso la retirada de los niños del hogar familiar y su acogida en una estructura protegida en la localidad de Vasto, en la región de Abruzos (centro), según medios locales.
Los menores, con edades entre los 6 y los 8 años, permanecen bajo el cuidado de esta institución, aunque su madre, Catherine Birmingham, también se encuentra allà y puede pasar tiempo con ellos en ciertos momentos del dÃa.
Un caso controvertido en Italia
El vicepresidente italiano y lÃder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, criticó este viernes la decisión del juez y defendió que «los niños no son propiedad del Estado».
«Para estos jueces, una sola palabra: Vergüenza. ¡Los niños no son propiedad del Estado, los niños deben poder vivir y crecer con el amor de mamá y papá!», escribió Salvini en su cuenta de X, donde ha sido muy crÃtico con la justicia desde que se conoció la noticia.
El expediente sobre Birmingham y su esposo Nathan Trevallion llegó al juez tras un informe sobre una intoxicación por hongos que llevó a la familia a acudir al hospital en abril de este año.
Los trabajadores sociales intervinieron tras comprobar que los tres hijos de la pareja no asistÃan a la escuela , a pesar de haber realizado las pruebas de fin de curso obligatorias en un centro público, y que su casa carecÃa de baño, agua corriente y electricidad.
El Tribunal de Menores ya habÃa solicitado que les concedieran la custodia temporal de sus tres hijos, alegando un grave perjuicio para su desarrollo.
Sin embargo, la pareja nunca aceptó la decisión, defendiendo su elección de «liberarse de la toxicidad de la vida moderna»
El Juzgado de Menores justificó su decisión al considerar que el entorno en el que vivÃan los niños podÃa causarles «graves consecuencias psicológicas y educativas» y afectar de forma significativa a su desarrollo, aunque los progenitores defendieron que todas sus decisiones estuvieron orientadas al «bienestar psicofÃsico» de sus hijos.
