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El Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla) se ha especializado en el estudio y medición de remesas en la región. Derivado de esas investigaciones, un último documento elaborado por el experto Jesús Cervantes se centra en documentar el perfil de la población inmigrante latinoamericana en Estados Unidos. Dicho documento revela un cúmulo muy rico de estadísticas acerca de las características de la inmigración mexicana hacia el vecino del norte. Ante la amenaza de deportaciones masivas de indocumentados, es conveniente citar algunas cifras interesantes del trabajo de Cervantes. Algunas tienen corte a 2022 y otras a 2023.
La población migrante en Estados Unidos procedente de México en 2023 fue de 10.9 millones de personas, que por mucho es el grupo más numeroso entre los 15 grupos migratorios latinoamericanos. Pero entre 2015 y 2023, México fue el único grupo migratorio que mostró una contracción (de 6.2%). No obstante, en 2023 hubo incrementos importantes en el número de nuevos migrantes originarios de nuestro país (185,487 personas), muy por encima de otros grupos numerosos como Cuba, Venezuela y Colombia.
Considerando una comparación de la estructura de edades en 2023 de la población inmigrante originaria de países latinoamericanos, México destaca como el grupo migratorio con mayor porcentaje con edades de 18 a 65 años (83.1%) y el que registra la menor presencia de menores de edad (3.7%).
De acuerdo con estimaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en 2022 había en ese país un total de 11 millones de inmigrantes indocumentados, de los cuales 69.3% (7.6 millones) eran originarios de siete países latinoamericanos. Los indocumentados mexicanos fueron 4.8 millones lo que correspondió al 45% del total de 10.7 millones de inmigrantes de México, otra vez, el grupo de indocumentados más numeroso entre los 15 países latinoamericanos. Resulta interesante que del total de inmigrantes mexicanos citado, el 35.2% tiene la ciudadanía estadounidense y el 19.8% es residente documentado sin ciudadanía (3.8 millones y 2.1 millones de personas, respectivamente). Así que el universo de indocumentados mexicanos susceptibles de ser deportados es alrededor de 5 millones, encontrándose la mayoría en California y Texas, concentrados en la construcción y en el sector manufacturero.
La intención de Trump de deportar a “millones” es más retórica que realidad, simplemente por el problema logístico y presupuestario que ello implicaría. Su estrategia es la construcción de un enorme centro de detención en Texas, donde el primer paso es investigar a los indocumentados y deportar a los que tengan un récord criminal. Pero el reto es respetar los derechos humanos.
Se sabe que los migrantes mexicanos tienen una elevada productividad y aportan valor a esa economía. Por ello, se requiere una ley de inmigración funcional por parte del Congreso que regule los flujos migratorios. México debe negociar que solo sean deportados mexicanos y que a los de otras nacionalidades se les regrese a su país de origen. Por parte del gobierno mexicano, aún no se vislumbra al equipo experto que tenga la experiencia y habilidad para conducir las negociaciones sobre este tema.
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