Publicado: octubre 15, 2025, 3:00 am
La inflación en España se ha situado en el 3% en septiembre, cifra que está tres décimas por encima del dato de agosto y que aleja a nuestro país del entorno del 2% , que es el umbral que el Banco Central Europeo (BCE) considera ‘óptimo’ por ser un valor en el que se recogen los efectos benéficos del impulso económico sin disparar los precios. Así lo ha confirmado esta mañana el Instituto Nacional de Estadística (INE), tras revisar al alza en una décima la estimación que publicó a finales del mes pasado. El dato, además, se sitúa ocho décimas por encima de la media de la eurozona, que cerró con un 2,2% en el noveno mes del año, según la estimación preliminar de Eurostat. Según Estadística, este acelerón se explica fundamentalmente por el efecto de los carburantes y -en menor medida, aclara el INE- la electricidad. Precisamente, el dato del IPC ‘subyacente’, que es el que excluye del análisis la energía y los alimentos no elaborados -por ser muy volátiles- se mantuvo en el 2,4%, más cerca del umbral que recomienda el BCE. Por sectores, en el noveno mes del año hubo subidas destacadas en las partidas que más afectan al bolsillo de los españoles. El IPC de la cesta de la compra aumentó un 2,4% con respecto al mismo mes del año pasado ; el de las bebidas alcohólicas, un 4,2%; el del paquete ‘vivienda’, que incluye agua, electricidad, gas y otros combustibles, un 7,1%; y el del transporte, un 2%. Dentro del grupo de los alimentos, hay algunos que merecen comentario aparte por el sensacional encarecimiento. El café, el té y el cacao son un 16% más caros que hace un año ; las legumbres, un 3,9%; el pescado un 4,7%; la carne un 5,9%; la leche un 5%; el ‘azúcar, confitura, miel, chocolate y confitería’, un 5,6%; los cereales de desayuno, un 4,4%; los huevos, un 17,9%; la mantequilla, un 7,5%; y la fruta, un 2,9%. La buena noticia, por su parte, la dio el aceite de oliva, que en septiembre se abarató un 43% tras dejar atrás la crisis de producción que sufrió el sector. En cualquier caso, y más allá de que la inflación esté en valores que aún no son escandalosos, si se toma en cuenta el dato acumulado y se compara con el avance de los salarios, queda claro que los españoles siguen perdiendo poder adquisitivo. En el último lustro las nóminas han avanzado apenas un 11% , mientras la inflación general lo ha hecho un 22%, y la de los alimentos, un sensacional 37%.