Publicado: mayo 26, 2025, 9:00 am
Hace unos 43.000 años, en lo que hoy es el yacimiento del Abrigo de San Lázaro, en la ciudad de Segovia, un neandertal recogió un canto rodado de roca granítica y pintó con ocre un punto rojo. Allí, aparentemente de forma deliberada, dejó su huella dactilar, la más antigua que se conoce en Europa y que, como si de un caso detectivesco se tratara, ha podido ser ahora identificada por un equipo liderado por la Universidad Complutense de Madrid con la ayuda de la Policía Científica. El hallazgo pone de manifiesto la capacidad simbólica de los últimos neandertales en la península ibérica y plantea un misterio: ¿veían estos individuos una cara humana en esa huella? El objeto singular, presentado este lunes por los investigadores, contiene una huella dactilar humana claramente identificada como neandertal mediante técnicas multiespectrales y análisis forense. Constituye la evidencia más antigua y completa de una huella humana atribuida inequívocamente a esta especie en Europa. «Este descubrimiento representa una prueba directa del uso intencional de pigmentos con fines simbólicos por parte de los neandertales. Las evidencias arqueológicas, estratigráficas y morfológicas indican una manipulación deliberada del objeto: su selección, transporte y pigmentación», destaca David Álvarez Alonso, investigador del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. de la UCM. El científico va más allá porque cree que es posible que esa huella fuera interpretada «como representación facial humana, mediante el fenómeno de pareidolia, que también estaría presente entre los neandertales», destaca. Es decir, podían ver una figura en lo que es un manchurrón abstracto. El estudio, que estará disponibles próximamente en ‘Ciencias Arqueológicas y Antropológicas’, supone la primera vez que se registra un gesto simbólico tan claramente individualizado en el registro arqueológico neandertal. La investigación ha contado con la participación de especialistas en arqueología, geología, tecnología forense y estadística, e incluye técnicas como escaneado 3D, SEM, XRF y un análisis multiespectral. Además, contiene un estudio dermatoglífico realizado por la Policía Científica, lo que supone el análisis de los patrones formados por las crestas dérmicas en las yemas de los dedos, que son únicos para cada individuo y están determinados genéticamente. Para los autores, este hallazgo no solo refuerza la hipótesis del pensamiento simbólico y capacidad abstracta de los neandertales, sino que abre una nueva línea de investigación al aplicar metodologías forenses modernas al estudio del comportamiento simbólico prehistórico.