Publicado: julio 16, 2025, 7:30 am
¿Qué puede llevar a una pareja que ha compartido en los cerca de 18 años que llevan juntos desde cosas tan, digamos, normales dentro de una relación como dejar un candado con sus nombres en un puente sobre el Sena en París a otras tan al alcance de unos pocos como asistir a una alfombra roja de los Oscar, siendo uno de ellos el favorito para llevarse la estatuilla, a preferir no casarse jamás? Pues la respuesta es tan simple como tener claro qué quiere cada uno, cuáles son las necesidades del otro y la comunicación (y algo mucho más específico).
Sam Rockwell y Leslie Bibb son dos de los actores más queridos en Hollywood porque conforman una pareja prácticamente perfecta: se apoyan mutuamente en todos sus proyectos, no dejan de darse muestras de cariño, hacen un poco el tonto en los preestrenos de sus películas o galas de premios, trabajan juntos… Pero si algo sorprende a sus seguidores es su negativa a pasar por el altar y a tener hijos. Básicamente, porque acaban preguntándose de qué serviría.
«Mira, adoro a Sam Rockwell. Le amo. Me lo metería en el bolsillo y me lo llevaría conmigo todo el tiempo. Lo quiero muchísimo, pero no quiero casarme», afirmó recientemente la actriz de la tercera temporada de The White Lotus en el programa Today with Jenna & Friends. «Y un día me cabreó, la verdad, porque me preguntó: ‘¿De verdad no quieres casarte?’. Y le dije: ‘Oye, deja de decirlo de una vez. Ya te he dicho que no quiero casarme contigo, así que deja de pedírmelo», confesó Bibb, que a continuación explicó que, ahondando, hasta Rockwell le reveló que en realidad él tampoco quería casarse.
«Quizás tenga que ver con cómo nos criamos, pero tengo la sensación de que si algo no está roto, no hace falta que lo arregles», añadió la intérprete, que, sin embargo, se centró en otro aspecto importante de sus 18 años juntos: «¡Es que yo sí me siento como si estuviéramos casados!». Y, además, hizo otro apunte importante sobre el tema de los hijos. «Ahí es algo tan sencillo como que no tengo esa chispa dentro de mí», continuó la intérprete nacida en Bismarck, en Dakota del Norte, hace 51 años —el actor californiano, que tiene 56, dijo en 2007: «Definitivamente no quiero ser padre, ese no es mi estilo»—.
«Hay que tomar decisiones cada día que estás en una relación. Nosotros llevamos 18 años juntos… Es mucho tiempo, pero creo que vamos a mejor. La intimidad de una relación me parece atractiva. Al principio, todos pueden tener sexo apasionado, pero hay que saber reinventarse», agregó Bibb, quien curiosamente ya estuvo casada, durante apenas un año, entre 2003 y 2004, con el empresario Rob Born.
Fue en octubre de 2007 cuando Bibb y Rockwell se conocieron en el Chateau Marmont, en West Hollywood, mientras él estaba rodando la película Frost/Nixon. «Fue raro», admitiría en 2012 Bibb, bromeando con que se habían conocido en «un lugar que no podía ser más un cliché». «Yo le sonreí, él me sonrió, y pensé: ‘¡Ay, no! ¿Qué es esto?’. Pero a veces es tan sencillo como que alguien te llama la atención», reveló, así como que una semana más tarde Rockwell la invitó a una cita en el Museo Getty de Los Ángeles.
Bibb le confesó que no buscaba nada serio. «Pero creo que tres semanas después ya le estaba diciendo ‘Te quiero muchísimo», rememoró. Su debut como pareja fue en el festival CineVegas de 2008 y, a partir de ahí, no cesarían de aparecer juntos, incluso cuando compartían película, como en Iron Man 2. No sería la última vez, dado que siempre han buscado proyectos que les permitan estar juntos, como Don Verdean, en 2015, o The Dark of Night, de 2017.
Precisamente en este año hubo rumores de que la pareja podría haberse casado en secreto cuando Bibb subtituló una foto de ellos en Instagram hablando de «los Rockwell», pero jamás se confirmó dicha boda. Y eso que el año siguiente dieron muchas entrevistas en alfombras rojas dado que él estuvo nominado o ganó multitud de premios por su papel en Tres anuncios en las afueras, como el Oscar, a una gala a la que llevó dos gemelos en las muñecas fabricados ad hoc en los que ponía «Bibb» y que, claro, le trajeron suerte.
En una de esas galas de premios, además, hablaron de su secreto. «La comunicación», dijo Rockwell. «Y tener buen sexo», añadió Bibb. «Sí, comunicación y buen sexo», coincidió Rockwell. «Y un sentido del humor sano», matizó Bibb. «El humor es importante», finalizó Rockwell, concretando que consideraba a su pareja «muy graciosa».
Y a ello hay que añadir la regla que mantienen para seguir juntos, que el intérprete, que sería nuevamente nominado a multitud de galardones, entre ellos nuevamente a un premio de la Academia, por El vicio del poder en 2018 —si bien esta vez no ganó—, le explicó a Us Weekly. «Tenemos la regla de las dos o tres semanas», afirmó, revelando que nunca pasan tanto tiempo sin verse: «Si ha pasado ese tiempo siempre quedamos, porque si no te ves en ese en cuatro o cinco semanas te vuelves demasiado independiente».
La pareja, que ya tenía un perro, Sadie, adoptó un segundo cachorro, Gus, en febrero de 2020, justo después de que él ganase un Premio SAG a la mejor interpretación de un actor en una miniserie por su papel en Fosse/Verdon. Ambos se han alabado mutuamente su trabajo en la última temporada de la conocida serie de HBO Max, añadiendo que se ayudaron en los diálogos, si bien sus tramas no coincidían.