Publicado: diciembre 10, 2025, 10:30 pm
Este miércoles, el Instituto Nobel de Oslo hace entrega del Premio Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado. La líder no ha logrado llegar a tiempo a Noruega, por lo que la medalla ha sido recibida en su lugar por su hija, Ana Corina Sosa Machado, quien ha dado un discurso en nombre de su madre afirmando que, con el galardón, pretende «rendir homenaje a los perseguidos, a los presos políticos y a sus familias«.
La hija de la laureada dedicó un momento a quienes no han podido reencontrarse con sus seres queridos por la represión estatal. «Mientras espero ese momento para abrazarla, pienso en las otras hijas e hijos que no pueden verse hoy. Eso es lo que la mueve: ella quiere vivir en una Venezuela libre, y nunca se va a rendir en su lucha por ese objetivo», señaló. Añadió que confía en que su madre «volverá pronto a Venezuela” y asumió «el reto de dar su discurso» en un momento histórico para el país.
En el mensaje preparado por María Corina Machado, la opositora afirmó que acudía a «contar una historia, la de un pueblo en su marcha por la libertad«. Reivindicó la tradición histórica y cultural del país, «nacido de la audacia» y moldeado por múltiples pueblos, recordando que Venezuela heredó de España «una fe y una cultura que se mezclaron con nuestras raíces», así como una de las primeras constituciones del mundo en reconocer la igualdad y la dignidad soberana de todos los seres humanos.
Machado evocó también la Venezuela próspera del siglo XX, capaz de «erradicar enfermedades, construir universidades y acoger a refugiados de todo el mundo», desde España hasta Oriente Próximo. Pero advirtió de cómo el auge petrolero llevó a una «peligrosa concentración de poder en el Estado«, creando «incentivos perversos que derivaron en corrupción y en el debilitamiento progresivo de la democracia». Recordó que su generación nació en un sistema democrático que «dio por sentado», olvidando —dijo— la fragilidad de la libertad y sus obligaciones. Ese olvido permitió que «el carisma político sustituyera al el Estado de derecho y que el petróleo se usara para comprar lealtades en el extranjero».
La líder opositora describe con crudeza a la Venezuela actual: un país dividido «por la raza y la ideología», marcado por tres décadas de «represión, protestas aplastadas, elecciones adulteradas» y una pobreza que supera el 86%, con «nueve millones de personas obligadas a emigrar». En medio de esa desesperanza, defendió la decisión de presentarse a las primarias opositoras en 2023, «sin recursos, sin medios, con apagones y comunicaciones precarias», como un acto de fe en el pueblo venezolano. «El boca a boca fue una red más rápida que cualquier campaña«, señaló
Tras ser amenazada por el régimen, que prohibió a María Corina Machado presentarse a las elecciones, «encontraron a Edmundo González, un tipo calmado al que el régimen subestimó«. Asegura que así se ha llegado hasta hoy, con la oposición organizada en la clandestinidad y preparando la transición pacífica a la democracia. «Abriremos la puerta de las cárceles» para que los que han sido ilegalmente detenidos puedan «recibir los rayos del sol», quieren que las abuelas vean a sus nietos, que los universitarios debatan sin miedo, y quiere volver a reír y a escuchar música. «Esas alegrías serán nuestras».
Dice que «el mundo se ha maravillado con lo que hemos logrado y pronto será testigo de un momento deseado, cuando los nuestros vuelvan a casa, y volveré al Puente Bolivar, donde estuve para despedirlos y ahora estaré para recibirlos». «Volvamos a casa. Permítanme rendir homenaje a los perseguidos, a los presos políticos y a sus familias, a los artistas, a los periodistas que se atrevieron y a todos los venezolanos anónimos que han arriesgado sus vidas. A estos pertenece este honor, este día y el futuro. Gracias», concluyó.
En la apertura de la ceremonia, el presentador definió a María Corina Machado como «una mujer valiente y de fuertes principios», destacando su defensa incansable de la democracia y los derechos humanos en Venezuela. El discurso denunció con contundencia al Gobierno de Nicolás Maduro, al que calificó como un «régimen autoritario» responsable de crímenes contra la humanidad, persecución a medios independientes y una crisis económica que expulsa a su población.
El presidente del Comité noruego del Nobel, Jörgen Watne Frydnes, subrayó que en Venezuela hay personas —incluso niños, según Naciones Unidas— encarceladas por decir la verdad, y denunció que la violencia del Estado se intenta atribuir a las víctimas y activistas. Además, ensalzó a quienes «mantienen viva la llama de la democracia«, entre ellos representantes de la cultura venezolana y el candidato opositor Edmundo González, presente en la sala.
María Corina Machado, según indicó el Instituto Nobel, «ha hecho todo lo que estaba en su mano para llegar a la ceremonia de hoy», en lo que ha sido «un viaje en una situación de extremo peligro«. «A pesar de que no llegara a la ceremonia y a los actos de hoy, nos alegra profundamente confirmar que está a salvo y que estará con nosotros en Oslo», ha dicho el organismo en un comunicado.
