Publicado: septiembre 16, 2025, 6:30 am
Únicamente el 30,2% de los noruegos consideran que Mette-Marit, la esposa del príncipe Haakon, es la mujer adecuada para ser la futura reina de Noruega. La razón es clara: consideran que no puede ser la reina consorte del sucesor del rey Harald V de Noruega si ha sido incapaz de criar bien a su propio hijo, Marius Borg, fruto de una relación anterior a su matrimonio con el royal. Porque el joven de 28 años ya sabe cuándo comenzará su juicio después de que se hayan formalizado hasta 32 acusaciones contra él por otros tantos delitos, muchos de ellos por maltrato a sus parejas y hasta cuatro por violación.
Lo más curioso, si es que todavía queda espacio para la sorpresa en el mayor escándalo de la familia real noruega en mucho tiempo, es que la investigación sigue su curso. Recientemente, no se descartaba que los propios príncipes Mette-Marit y Haakon podían acabar no solo siendo interrogados, sino incluso declarando en los tribunales —ambos, hechos insólitos—: Sturla Henriksbø, el fiscal general del Estado de Noruega, explicaba que los mensajes que hubiesen mantenido los príncipes con víctimas o testigos del caso se incluirían en la investigación, a tenor de unas palabras de una de las exnovias de Marius que advirtió a los herederos al trono del abuso de drogas del joven.
Sin embargo, lo que se ha descubierto hace poco —en España se ha hecho eco Vanitatis— ha dejado ojipláticos a los policías que siguen con el caso, porque puede ser perfectamente la gota que colme el vaso de la paciencia del pueblo noruego para con su monarquía: Marius Borg tenía conexiones con un famoso terrorista que ya ha sido condenado a 30 años de cárcel. Y no es su única mala compañía, al menos según se extrae de sus contactos y conversaciones por mensajería privada.
Aunque recogen varios informes policiales que su madre era consciente de que las compañías de su hijo no eran las más recomendables, se desconoce si llegó a saber hasta qué punto llegaban las conexiones de su primogénito. Por ahora no se ha desvelado el nombre de la persona en cuestión, pero quizá el contacto con el que más relación tenía Marius era un hombre de 49 años, originario de Lørenskog, un municipio al este de Oslo, con el que el joven salió de fiesta en multitud de ocasiones. De hecho, un medio local, Dagbladet, ha mostrado varias fotografías de ellos, siempre pixelando el rostro de las amistades del joven, que en una de ellas aparece realizando una peineta.
Con este hombre, sin embargo, parece que Marius tenía una relación especial. La nueva polémica ha surgido al saberse que se trata de alguien que también ha sido condenado como cómplice en la adquisición de casi 3 kilogramos de anfetamina y metanfetamina, amén de por la venta de sustancias: entre ellas, más de un kilo de cocaína, 800 gramos de anfetamina o un par de kilos de hachís. Acabó siendo juzgado, de hecho, como líder de una banda de narcotraficantes.
Esto no es del todo nuevo, ya que en 2024 ya salieron a la luz fotografías de Borg con otro amigo, en este casi de 38 años, del que la policía allanó su vivienda en Oslo por un caso de blanqueo de capitales, encontrado dentro 224 dosis de cocaína. Lo que sí ha sorprendido a los agentes en esta investigación han sido los contactos que tenía el hombre de 49 años, un chat de WhatsApp en el que este hombre participaba junto a hombres acusados de terrorismos.
Se trata de Arfan Qadeer Bhatti y Zaniar Matapour, quienes fueron juzgados por el atentado terrorista que tuvo lugar en Oslo en junio de 2022, durante un festival con temática LGTBI, y en el que asesinaron a dos personas e hirieron de diversa gravedad a varias decenas. Si bien el primero de ellos negó su responsabilidad, alegando que se encontraba en Pakistán en el momento del acto terrorista, el segundo fue condenado a 30 años cárcel, ni más ni menos que la pena más alta con la que un tribunal ha sentenciado a nadie en el país escandinavo desde que se reformase la ley en Noruega.
Por ahora, no hay constancia de que Marius Borg participase de ninguna manera en ese chat —cuyo nombre era «Matglede og kvalitetsid» (algo así como «El placer culinario y tiempo de calidad», dado que han afirmado que se dedicaban a pasarse recetas y para quedar—, si bien es bastante improbable que no conociese su existencia, dado que este gran amigo suyo fue llamado a declarar por la justicia por su conexión con el terrorista. Ahora, de hecho, tanto el hombre de Lørenskog como Arfan Qadeer Bhatti han sido de nuevo llamados para ser interrogados.
La monarquía ha declinado hacer por ahora comentarios, pero Magnus Ranstorp, director de investigación en la Universidad Nacional de Defensa de Estocolmo y considerado uno de los investigadores más destacados de Escandinavia sobre terrorismo islámico, ha declarado: «Muestra una enorme vulnerabilidad que alguien que podría atacar a Noruega, alguien que podría dañar a la sociedad occidental, se acerque tanto a la realeza».
