Publicado: diciembre 5, 2025, 10:00 am
La mejor medicina de todas es enseñar a las personas a no necesitarlas. Hipócrates
Los cambios son necesarios, vivimos en una era de transformación constante en la inmensa mayoría de los rubros que podamos analizar, desde el pensamiento hasta aterrizarlos, literalmente hablando a la realidad.
Y es el dinero, ese recurso económico que nos marca desde la niñez, con detalles imperceptibles en esas edades, cuando la inocencia nos permitía redactar una carta a ese Santa Closs imaginario, o a las reyes, verdaderamente magos en el hogar, nuestros padres, que hacían lo posible por cumplir a cabalidad el listado.
En la juventud en los años ochentas también era parte del andamiaje que nos acompañaba, el entretenimiento al alcance era ir al cine, a ver una película recomendada o que nos llamaba la atención por los actores del reparto o el sugestivo título.
Han pasado muchos años de esos recuerdos, que alborotan de vez en cuando ese pasado, lo despiertan; y lo traemos al presente en cada despertar austero, en un imaginario retrospectivo de objetos y momentos, sucesos y marcas de todo tipo.
Hoy leemos que se está, con las medidas y acciones de incrementos al salario que sigue siendo mencionado como mínimo, el rescate de la clase media en nuestro país, y no deja de sorprendernos la noticia, aderezada con datos de estos números, porcentajes, y beneficios para el trabajar asalariado y sus familias.
Porque no es suficiente con las bondades de los programas sociales, que se afirma desde la oposición reducida a casi nada, no llega a los que más lo necesitan, sino a lo mediático, porque faltan las comunidades más pobres y apartadas de los centros de población.
La problemática que planteo ahora, no está solo en el tener más dinero para gastar, con las cargas de publicidad y las bondades de esta temporada navideña de ganchos como descuentos a lo que nos llama la atención en los aparadores, sino que no existe una cultura del ahorro, sea este mínimo para los imponderables, casi siempre en materia de salud.
Hay que pensar en el día después, cada vez es más temprana la edad de ya no creer en las figuraciones de antaño para escribir una carta, enero siempre nos resulta complicado en las finanzas en casa, con todo y pavo, las doce uvas o el estruendo de la fatalidad en los cohetones que se lanzan al aire para asustar al respetable y causar muchos accidentes.
Es viernes de reflexión, estamos a tiempo de ajustar los gastos, de lo prescindible, de aquello que puede esperar quizá otros meses, para complacer a ese consiente de la situación económica que atravesamos año con año, aún con los nada despreciables incrementos salariales.
Revisemos, demos un repaso hacia adelante, cuesta trabajo imaginar, pero nada es más difícil que no tener los dineros para el día después de la algarabía de un festejo que debemos hacerlo en la dimensión de los ingresos.
ENTRE LÍNEAS
Primer encuentro de la presidenta Sheinbaum en suelo de los Estados Unidos, con sus homólogos del T-MEC; veremos los momentos en el respeto a la diplomacia de Trump.
