Publicado: junio 6, 2025, 11:30 pm
Sería un golpe durísimo después de años de ser una familia real apátrida. A finales del pasado mes de diciembre, 30 años después, Grecia le devolvía a su antigua monarquía la ciudadanía helena, además de un apellido, dado que se habían negado todo este tiempo a llevar el anterior, Glücksburg, siempre explicando las razones por las que no les representaba. Sin embargo, parece que dicha odisea no ha llegado a su fin, pues hay ciudadanos que no están de acuerdo en que regresen los royals, aunque sea sin ningún poder o título oficial.
En el equivalente de nuestro BOE, el Periódico del Gobierno griego, se daba a conocer hace algo más de seis meses que tanto los cinco hijos que tuvo el rey Constantino II y Ana María de Grecia —y que, por orden de nacimiento, son: Alexia, Pablo, Nicolás, Teodora y Felipe—, así como los cinco nietos que le dio su primer hijo varón, el príncipe heredero Pablo, y su esposa, Marie-Chantal de Grecia—a saber: María Olimpia, Constantino Alejo, Aquiles Andrés, Odiseo Cimón y Arístides Cruz—, obtenían la ciudadanía de la república y un apellido, De Gréce (o De Grecia, en español), que ellos mismo habían elegido.
Sin embargo, desde este pasado martes, el Consejo de Estado griego está estudiando y debatiendo esta misma concesión, lo que pone en peligro la larga lucha de la familia real helena. Y esto se debe a un hombre, Panagiotis Lazaratos, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Atenas, que ha impugnado la decisión tomada por el Ministerio del Interior interponiendo una demanda en la que no solo cuestiona la decisión del ministro y de su gabinete, sino también la del Registro Civil del Ayuntamiento de Atenas a la hora de reconocer la ciudadanía griega a los antiguos miembros de la casa real —trámite que iniciaron tras la muerte de Constantino II, en enero de 2023—, porque, resume el profesor, no se ajustan a las leyes actuales de Grecia.
Para entender su demanda hay que puntualizar que, para obtener la ciudadanía griega, la familia real tenía que cumplir dos requisitos indispensables, amén de la elección de un apellido: por un lado, reconocer la Constitución y el sistema parlamentario del país y, por otro, dejar constancia de su renuncia a cualquier reclamación relacionada con el ejercicio pasado de cargos públicos o la posesión de cualquier título.
Pues bien, según Lazaratos, el uso del apellido «De Gréce» es contrario al artículo 4, párrafo 7 de la Constitución helena, en el cual se lee que «no se conceden ni se reconocen títulos de nobleza o distinción a los ciudadanos griegos». Añade, además, que cualquier apellido debe seguir el principio de continuidad familiar, porque si bien un apellido es un elemento más pero indivisible del individuo, adquirirlo o cambiarlo no se corresponde con la voluntad privada, sino que ha de ser de interés para el orden público.
Y, entiende Lazaratos, la Constitución griega rechaza y prohíbe estricta y explícitamente los títulos nobiliarios, siendo para él «De Grecia» no una simple referencia nominal, sino parte de un título con una enorme carga histórica y social detrás en el pasado reciente del país, y que está ligado a todo un abanico de discriminaciones y privilegios de clase, los cuales fueron abolidos en su carta magna. Cita, además, decisiones recientes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, así como del Tribunal Administrativo Supremo de Austria, que se refieren a la retirada de títulos nobiliarios a miembros de dinastías pretéritas, hilando dichas resoluciones con la actual tendencia internacional por la defensa de la igualdad social.
Desarrolla Lazaratos en su escrito la conocida como ‘Teoría de la Impresión’, explicando que lo que va a percibir el ciudadano común griego de alguien que ostente el apellido ‘De Grecia’ es un mensaje evidente de privilegio de clase y de que todos los miembros de la familia real han tenido, tienen y tendrán un trato preferencial en el país.
La defensa de la familia real griega
No será hasta finales de junio que el Consejo de Estado se pronuncie sobre este debate, si bien muchos medios del país consideran que Lazaratos no ganará en su cruzada. La abogada del Ministerio del Interior ha defendido la resolución de la institución que representa, explicando que el profesor no tiene ningún interés legítimo —ni directo ni personal—, sino que está buscando un juicio popular.
Asimismo, desde la familia real griega se ha recordado que el apellido escogido, que ya fue utilizado desde 2004 por uno de sus familiares no exiliados, el príncipe, escritor e historiador Miguel de Grecia, no ha conllevado desde entonces privilegio alguno, así como han recordado que ellos no utilizan títulos reales, sino que se los otorgan terceras personas, como por ejemplo la prensa. Ponen de ejemplo su propia página web, en la que ninguno de sus miembros aparece con ningún título delante.
Por último, el abogado de la Familia Real griega, Konstantinos Lidorikis, ha resumido su defensa explicando que se va a velar porque todos los miembros conserven los derechos recién obtenidos. Y, aunque se ha mostrado tranquilo, ha recordado que por ahora no depende de ellos: «La ciudadanía es un asunto del Gobierno y no tenemos voz ni voto. Es algo que se abordará en el Consejo de Estado y veremos cuál es su respuesta».