Publicado: julio 19, 2025, 11:47 pm
Dentro del universo cripto, las denominadas ‘stablecoins’ viven una edad de oro. Son monedas digitales diseñadas para mantener una paridad fija con activos como el dólar o el euro. USDT y USDC, vinculadas 1:1 al dólar, y se han consolidado entre las criptomonedas con mayor capitalización del mercado. Su éxito radica en que combinan lo mejor del ecosistema cripto —rapidez, trazabilidad y bajo coste— con la estabilidad de las monedas respaldadas por bancos centrales. Cada vez más, se usan como alternativa a las transferencias bancarias tradicionales, lo que está llamando la atención de entidades financieras. Ante este auge, gigantes financieros como Bank of America o Citibank trabajan ya en el desarrollo de sus propias ‘stablecoins’, en un contexto político cada vez más favorable. Estados Unidos estudia un paquete de leyes cripto y el presidente Donald Trump ha prometido convertirse en un ‘presidente pro-cripto’. Esta semana, una de las tres normativas clave centrada precisamente en regular las ‘stablecoins’ ha superado el Senado con amplio respaldo bipartidista y se encamina ahora al despacho del presidente para su aprobación final. Dentro de ese paquete legislativo destacan el Genius Act y el Stablecoin Act, «dos propuestas clave para dar seguridad jurídica al uso de stablecoins», explica Joaquim Matinero Tor, abogado de Ceca Magán. Ambos textos buscan integrar estas monedas digitales en los sistemas de pago tradicionales con reglas claras. «Incluyen auditorías externas, obligaciones de transparencia y un sistema dual de licencias en el que los emisores pequeños operarán bajo regulación estatal, mientras los grandes quedarán bajo supervisión directa de la Reserva Federal reforzando así la confianza en estas monedas como vehículos de pago regulados», añade el abogado. «Ese refuerzo legal allana el camino para usos mucho más amplios de las ‘stablecoins’», señala Jorge Soriano, CEO de Criptan. Considera que contar con una definición clara del dólar tokenizado y permitir su emisión bajo supervisión bancaria «puede desbloquear aplicaciones reales más allá del trading, como pagos internacionales, remesas o tesorería con liquidez continua». A su juicio, esa claridad normativa convierte a Estados Unidos en un referente global, «mientras Europa debe aplicar MiCA con ambición si no quiere quedarse atrás en la carrera por el dinero digital regulado». Para Matinero Tor, MiCA «es solo el punto de partida». El auge de ‘stablecoins’ programables y su conexión con monedas digitales públicas «requerirá una segunda fase regulatoria más técnica y ágil si Europa quiere estar a la altura», comenta. El reto, añade, «será innovar sin comprometer estabilidad ni protección al usuario». Mientras se perfila ese nuevo marco regulatorio, algunas entidades españolas ya están en marcha. Francisco Maroto, responsable de activos digitales y blockchain del Grupo BBVA, destaca que las ‘stablecoins’ «están abriendo la puerta a pagos instantáneos, cambio de divisa o liquidación de activos tokenizados sobre infraestructuras operativas 24/7». BBVA ya ofrece USDC a clientes en Suiza y Turquía, «donde la demanda crece por la inflación local», añade. Además, prepara una ‘stablecoin’ vinculada al euro que lanzará este año bajo el reglamento MiCA, señala. En paralelo, el banco explora «el uso de depósitos tokenizados y monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC) dentro del proyecto Agora, liderado por el Banco de Pagos Internacionales (BIS)». En ese contexto, surge también el debate sobre el papel de las monedas digitales emitidas por bancos centrales, conocidas como CBDC. A diferencia de las ‘stablecoins’, «estas monedas son emitidas directamente por autoridades públicas y funcionan dentro de una jurisdicción concreta, con trazabilidad y control estatal», destaca Javier Pastor, director de formación institucional de Bit2Me. En cambio, las ‘stablecoins’ «permiten mayor interoperabilidad y expansión global sin acuerdos bilaterales, explica. Aunque conllevan riesgos distintos, su diseño ofrece más flexibilidad que una CBDC», concluye. Pese al crecimiento del sector, «las ‘stablecoins’ aún no han dado el salto al uso generalizado», advierte Pastor. Su adopción «sigue limitada por su asociación casi exclusiva al ‘trading’ y la especulación financiera», comenta. Para que ganen presencia real, «será clave su integración en pagos cotidianos, remesas internacionales, finanzas descentralizadas más estables y soluciones empresariales con valor añadido fuera del ecosistema cripto. Sin casos de uso concretos, su alcance seguirá siendo limitado», concluye. Una de las claves para desbloquear ese salto al uso masivo pasa «por el papel que ya juegan las ‘stablecoins’ en las finanzas descentralizadas, o DeFi, un entorno donde replican servicios financieros clásicos —como préstamos o intercambios— sin intermediarios», explica Edwin Mata, CEO de Brickken. Su estabilidad y liquidez las han convertido en pieza esencial dentro de Ethereum y otras redes, donde sirven de puente entre el dinero fiat y las nuevas infraestructuras digitales. «Sin ‘stablecoins’, la expansión real de la Web3 y los activos tokenizados sería inviable», asegura Mata. Esa función vertebral de las ‘stablecoins’ en Ethereum se refleja también en su peso transaccional. Juan Pablo Mejía, profesor de Digit Institute, subraya que «concentran buena parte del volumen operado y actúan como activo de referencia en los principales protocolos DeFi. Son clave para préstamos, ahorro o estrategias de liquidez». Su relevancia es tal que, ante una posible bifurcación de Ethereum, serían emisores como Tether o Circle «quienes podrían inclinar la balanza al decidir qué red respaldan», concluye. Las ‘stablecoins’ no son exclusivas de Ethereum, recuerda Pastor, de Bit2Me. Aunque nacieron en esa red, hoy operan en blockchains como Solana, Binance Smart Chain o incluso sobre segundas capas de Bitcoin, como Lightning Network, comenta. Esa interoperabilidad «demuestra su papel estructural en el ecosistema cripto. Sin ellas, mantener estabilidad, ofrecer préstamos fiables o hacer intercambios descentralizados sería inviable», concluye. El auge reciente de nuevas monedas como KILL USD ha reactivado el debate en torno a qué es realmente una ‘stablecoin’. «No todas las que adoptan esa etiqueta cumplen con los requisitos técnicos», advierte Adriana Restrepo, cofundadora de Deblock. «Algunas no tienen respaldo real ni garantizan paridad estable, y responden más a estrategias de marketing que a criterios financieros, comenta. Frente a estas, emergen propuestas reguladas, con auditorías externas y trazabilidad legal, que sí aspiran a competir con gigantes como USDT», explica. El dominio actual de Tether solo podrá ser desafiado por monedas estables emitidas bajo marcos normativos claros, señala Restrepo. La combinación de respaldo en activos reales, regulación europea vía MiCA y marcos como el GENIUS Act en EE.UU. está abriendo paso a una nueva generación de ‘stablecoins’ institucionales, afirma. Frente a las dudas sobre la viabilidad de una CBDC, estas monedas privadas ganan terreno por su liquidez, adopción global y velocidad operativa, concluye. En muchos casos, ya se perfilan como la opción preferida, concluye.