La artista Kika Lorace, una de las drag queens más conocidas de nuestro país, ha denunciado este miércoles a través de sus redes sociales la terrible experiencia de acoso y humillación que sufrió a manos de Rafa López, el que fuera cura en la cuarta edición de Gran Hermano, y su marido en una discoteca LGTB de Vera, en Almería.
López, quien hace tiempo que dejó atrás los hábitos del sacerdocio y vive abiertamente su homosexualidad, reapareció públicamente hace unos meses tras revelar que tuvo que enfrentar una grave enfermedad: el Síndrome de Guillain-Barré, una infección bacteriana que afecta el sistema nervioso.
Ahora, a pocos días de haberse dado el ‘sí, quiero’ con su marido Ramón, en una gran fiesta celebrada en Vera-Playa, Almería -un enclave naturista donde reside desde hace años-, el exsacerdote y periodista ha sido el objeto de graves acusaciones por parte de Kika Lorace, quien trabajaba como drag queen en la discoteca que él dirige en la misma localidad.
«Estas dos ‘personas’ que se casan, este verano me acorralaron en el camerino, me agredieron, me insultaron, destrozaron todo mi maquillaje y me dejaron travestida en la calle», ha comenzado diciendo la también DJ a través de sus historias de Instagram, acompañando su texto con una imagen de la ceremonia.
«Me dejaron sin alojamiento y sin un lugar donde poder cambiarme a 250 kilómetros de mi casa y sin transporte y, por supuesto, sin pagarme», ha destacado Kika, antes de aclarar la identidad de sus agresores, Rafa y su marido, quienes, al parecer, le pidieron actuar en la sala Botanic, situada en Vera.
Según ella misma ha relatado, al día siguiente presentó una denuncia en comisaría contra ambos, si bien, aprovechando una fecha tan señalada como su boda, ha decidido volver a denunciarlo públicamente los hechos en sus redes sociales, donde cuenta con más de 40.000 seguidores. «Hoy lo hago por aquí porque me da la gana. ¡Enhorabuena!», ha añadido, con tono irónico.