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La doble vida de Pepe Solla: chef Michelín y músico callejero

Publicado: mayo 20, 2025, 1:30 am

«Pero hay una cosa que no puede cambiar: no puede cambiar de pasión». Esa famosa frase de la galardonada película argentina El secreto de sus ojos viene pintiparada para el caso de Pepe Solla, cocinero gallego —de Galicia, en España, no del concepto de gallego que tienen precisamente en Argentina— que puede ser perfectamente llamado hoy por hoy como uno de los mejores y más reputados y respetados chefs de todo el panorama nacional. Porque lo suyo entre fogones es, sin lugar a dudas, una auténtica pasión, pero lo sorprendente es su otra gran afición, la cual le ha llevado a ejercerla incluso de forma callejera y casi altruista: la música.

José Solla González, su nombre completo, heredó Casa Solla, el restaurante familiar en su localidad natal, Poio, en Pontevedra, cuando este ya tenía una Estrella Michelín —de hecho, es uno de los ocho restaurantes más antiguos de España en la Guía Michelín y el primero de su comunidad autónoma—. La tiene desde los años 80 de forma ininterrumpida, puesto que Pepe, a pesar de que al principio compaginó su labor de sumiller con los estudios de Ciencias Empresariales, no solo ha sabido mantener el nivel, sino que lo ha llevado a nuevas cotas de excelencia.

Por ello le ha añadido a la ecuación tres Soles Repsol. Sus diversos aprendizajes con Ferrán Adriá o incluso impartiendo él mismo cursos y demostraciones de su savoir faire —ha llegado a tener su propio programa en Canal Cocina sobre pescados y mariscos— han hecho de él un nombre propio en la gastronomía tanto gallega como española, habiendo además diversificado sus negocios, dada su carrera, hacia otros ámbitos, como por ejemplo al hacerse cargo de la comida del festival SON Estrella Galicia Posidonia o ser uno de los fundadores del Grupo NOVE, sobre la alta cocina gallega de vanguardia

Sin embargo, tal y como explican desde Telecinco, hay un aspecto de su vida mucho más desconocido para sus comensales y seguidores: la música. Quizá la había dejado algo de lado de cara al gran público en sus 58 años de vida, si bien quienes lo conocían eran conscientes de que le faltaba, hasta hace poco, un sueño por cumplir: tocar en la calle. Y, emocionado, esto afirmaba una vez lo conseguía, hace apenas unas semanas: «Es algo que siempre he querido hacer, desde chaval, y que me hace muchísima ilusión».

Para él, existe una simbiosis entre lo que hace entre fogones y aceites y lo que hace entre pentagramas y guitarras. «Al igual que el objetivo en la cocina es que la gente disfrute con lo que come, el de la música es llegar a otros, hacerles sentir», declaraba. Y esa es una sensación que no quiere dejar pasar mientras pueda, de ahí que ya lleve cinco actuaciones callejeras, la forma quizá más auténtica y menos adulterada de llegar a sus oyentes.

Pepe Solla lo ha definido como «muy emocionante» o «increíble», palabras con las que intenta detallar cómo fueron sus primeras actuaciones, utilizando de escenario la cartografía de, por ahora, Vigo y Pontevedra, donde dio buena cuenta de su afición a la música rodeándose, explican desde el citado canal, de dos buenos artistas y, sobre todo, dos grandes amigos: el cantante Rodrigo Valiente y el percusionista Marcos Flai.

«No sabíamos cómo iba a quedar porque solo habíamos ensayado un día algunas canciones y en casa, pero sonó bien, nos entendimos muy bien», ha rememorado sobre ese primer día en la Rúa do Príncipe, tal vez una de las calles más importantes y conocidas del centro de la ciudad viguesa. Un éxito que le hizo desperezarse y «soltarse», tras dos actuaciones en Vigo, en lo que él llama «mi ciudad», Pontevedra, algo que, explican en el portal, le imponía algo más y por el que sentía, lógicamente, «más presión». Pero las primeras notas desecharon todos esos temores.

«Llegó a venir la Policía Local», ha explicado el cocinero, así como que los agentes buscaban saber «qué pasaba para que hubiese tanta gente concentrada». Además, aclara que «no pasó nada», ya que no les «llamaron la atención ni nada» parecido. Al contrario que algunas personas, que no se esperaban verlo lejos de sartenes y ollas y en mitad de la calle tocando la guitarra y poniendo la voz en algunos coros. «Recuerdo una señora que se acercó y me preguntó si era yo Pepe Solla, el que cocina, y le dijo a sus amigas: ‘¡Veis como sí que es!».

Ha dejado claro que tiene «ganas de más» después de solo cinco conciertos, aunque el problema siempre radica en el mismo lugar: sus agendas, que según explica ahora estarán «más complicadas». «¿Lo haremos más veces? Sí, pero no sé cuándo. Esto va surgiendo y, en cuanto podamos, lo haremos de nuevo», ha declarado el músico y chef, que también ha pormenorizado el repertorio de temas de los que hacen las versiones: desde Tierra, de Xoel López, o Me dejó marchar, de Coque Malla, hasta temas en inglés como High and dry, de Radiohead, Fix you, de Coldplay, una canción que «no controlaba» y que le parece «preciosa».

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