Publicado: septiembre 13, 2025, 2:30 pm
Las personas con depresión tienen mayor probabilidad de desarrollar diabetes y viceversa. Según un estudio realizado en personas mayores de 50 años en 18 paÃses de Europa, que se presenta en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), las probabilidades de que una persona con diabetes desarrolle sÃntomas graves de depresión (y viceversa) es el mismo, independientemente de dónde viva, según ha descubierto un Investigaciones previas han demostrado que la solidez de esta asociación depende de la calidad de la atención diabética , siendo la relación entre la diabetes y la depresión más débil en paÃses con una buena atención diabética. Un estudio del University College Dublin (Irlanda) ha examinado si una amplia gama de factores, desde la desigualdad económica hasta el tabaquismo, influyen en la asociación entre diabetes y depresión. Por ejemplo, ¿es más probable que una persona con diabetes desarrolle depresión, y viceversa, si también fuma? ¿O fumar no influye? «No todas las personas con diabetes desarrollarán depresión y no todas las personas con depresión desarrollarán diabetes -explica Jaroslav Gottfried-. Un mayor conocimiento de los factores que influyen en la asociación entre la diabetes y la depresión facilitarÃa predecir qué personas con diabetes tienen mayor probabilidad de desarrollar depresión y viceversa». Gottfried señala que «esto permitirÃa a los profesionales de la salud y a los responsables de las polÃticas públicas, por ejemplo, dirigir la atención médica y de salud mental a las personas más vulnerables con una de las afecciones, en un esfuerzo por evitar que desarrollen la otra». El equipo analizó 3 amplios estudios prospectivos que proporcionaron datos individuales sobre más de 45.000 personas mayores de 50 años de 18 paÃses europeos, con un periodo de seguimiento de hasta 11 años. Los factores a nivel individual incluyeron edad, sexo, IMC, tabaquismo y actividad fÃsica , asà como si el participante habÃa sido diagnosticado con diabetes (tipo 1 o tipo 2) y su puntuación en sÃntomas de depresión en dos escalas. Se utilizó Austria como paÃs para hacer las comparaciones, ya que ocupaba el primer lugar en orden alfabético entre los paÃses estudiados. El estudio reveló que la probabilidad de que una persona sin diabetes ni sÃntomas depresivos intensos desarrolle alguna de estas afecciones varÃa según el paÃs. AsÃ, la probabilidad de desarrollar diabetes era menor en los PaÃses Bajos y mayor en Portugal. En comparación con una persona residente en Austria, una persona residente en los PaÃses Bajos tenÃa aproximadamente un 65 % menos de probabilidades de desarrollar diabetes, mientras que una persona residente en Portugal tenÃa más de un 90 % más de probabilidades. España se sitúa a un nivel parecido al de Portugal Por otro lado, la posibilidad de desarrollar sÃntomas depresivos intensos fue menor en Dinamarca y mayor en Italia, aunque España se sitúa a muy poca distancia de Italia, lo que no son buenas noticias . Sin embargo, la asociación entre la depresión y la diabetes fue prácticamente similar para todos los factores estudiados a nivel nacional. Las personas con sÃntomas depresivos intensos tuvieron un 15 % más de probabilidades de desarrollar diabetes durante el perÃodo de seguimiento que las personas con sÃntomas depresivos más leves, independientemente de la calidad de la atención médica para la diabetes, el gasto, el riesgo de pobreza y la desigualdad de género y riqueza del paÃs. Por el contrario, las personas que vivÃan con diabetes tenÃan un 48% más de probabilidades de desarrollar sÃntomas depresivos intensos que las personas sin diabetes. No obstante, solo uno de los factores, el IMC, influyó en la asociación entre diabetes y depresión. Cuanto mayor sea el IMC de una persona con diabetes, mayor será su probabilidad de desarrollar sÃntomas depresivos intensos. A diferencia de investigaciones anteriores, este estudio no halló que la calidad de la atención diabética influyera en la relación entre la diabetes y la depresión . Esto podrÃa deberse a diferencias en las poblaciones analizadas. Por ejemplo, este estudio se centró en personas mayores de 50 años, y la calidad de la atención diabética podrÃa tener un mayor impacto en las personas más jóvenes.