Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


La Cultura de la Paz, El Respeto y las Crisis

Publicado: febrero 10, 2025, 11:00 pm

<![CDATA[

“Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.” Benito Juárez.

Un valor fundamental en la convivencia humana es el respeto. Muchas formas de ejercerlo se basan en la reciprocidad y el reconocimiento mutuo; se expresa en múltiples formas, desde el ámbito moral y ético hasta el legal, cultural y político.

En torno al respeto hacia costumbres, religiones, culturas, ideologías, sectores de la población, instituciones sociales y objetos, se fundamenta en consideraciones distintas a la reciprocidad.

Para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito “Respetar, pensar y actuar positivamente sobre los demás y sobre nosotros mismos (auto respeto), significa preocuparse por el impacto de nuestras acciones en los demás, ser inclusivos y aceptar a los demás por lo que son, incluso cuando son diferentes. El respeto comienza con la confianza y está vinculado a la empatía, la compasión, la integridad y la honestidad.”

En varias latitudes del mundo el respeto es un valor en decadencia. En México esa decadencia se debe, en mucho, a la polarización de la sociedad que es impulsada desde el discurso presidencial, principalmente en el cotidiano monólogo inaugurado por el expresidente, que continua la mandataria y que lejos de transformarse en diálogo para premiar la verdad, revelar la realidad y permitir transformarla para bien o corregirla, contiene expresiones de odio, propicia discordia y tensión, al tiempo que, como método de gobierno, falta al respeto a personas y a sectores de la población.

El exmandatario dio múltiples y contrastantes muestras en torno a ese valor fundamental. Por una parte, trató con respeto y delicadeza a narcotraficantes y a sus familiares al tiempo que expresó en múltiples ocasiones frases de desprecio, incluidas descalificaciones e insultos contra quienes no comulgaron con su proceder, atacó a sectores de la sociedad, a legisladores de oposición y a periodistas, entre otros, con declaraciones racistas y clasistas, y aún exhibición de datos personales. Ello sin contar la ausencia de respeto a las instituciones, al Estado de Derecho, a la división de poderes y al proceso electoral. En el “segundo piso de la transformación”, la presidenta actúa de manera similar.

La mandataria pide respeto a la soberanía nacional del exterior hacia su gobierno, pero al interior ella no la ejerce. Así ocurre con la división de poderes al golpear cotidianamente a la república y a la democracia mexicana. Antes de la “elección” de juzgadores, para Palacio Nacional el Poder Judicial ya no existe. Ignora ser la burócrata de más alto rango y que está al servicio de todos los mexicanos, no al revés, y que no tiene derecho a excluir a nadie como lo hace cotidianamente.

Los trabajadores formales tampoco merecen su respeto ni el de los legisladores oficialistas. Ha ordenado que se disponga de sus ahorros depositados en el INFONAVIT para que una constructora que se creará a modo los aplique discrecionalmente en la construcción de vivienda de bajo costo lo que, además de poner en riesgo de mermas y aún de pérdidas a esos ahorros por la pésima inversión que ello significará, abrirá otro nicho de corrupción. Un modelo similar se adoptará en el ISSSTE.

La falta de respeto que significan la “transformación” del Poder Judicial y su desestabilización, así como la demolición del Estado de Derecho han eliminado la certeza jurídica ahora que el país más la requiere y son elementos que pesarán en las negociaciones del T-MEC. Como ha quedado advertido por el gobierno de Estados Unidos, México ya no es confiable para la inversión ni para hacer negocios.

Esos caprichos, sumados a la permisividad gubernamental a través de la política de “abrazos no balazos” en beneficio del crimen organizado y a los cárteles de la droga, obligarán a obedecer las instrucciones que reciba la mandataria del gobierno de los Estados Unidos, mismo que afirma que “el gobierno mexicano tiene una alianza intolerable con el crimen organizado.” La Fiscal General de ese país ha instruido a las autoridades competentes a eliminar totalmente a diversos cárteles que han sido catalogados como grupos terroristas, entre los que se encuentran el de “Sinaloa” y el “Jalisco Nueva Generación” de México, así como el “Tren de Aragua” de Venezuela, éste último ya opera en territorio nacional.

La presidenta ha advertido “Que nadie se atreva a violar la soberanía porque México es un país libre, soberano e independiente.” También ha señalado que México no es colonia ni protectorado. No obstante, la preocupante expansión del crimen organizado en el territorio nacional revela una dolorosa contradicción. El gobierno ha cedido ante el crimen organizado que ahora ejerce la soberanía o ha colonizado numerosas localidades en las que gobierna con violencia e impunidad y aplica de manera forzada “aranceles” a cada vez actividades productivas, “aranceles” que nadie pospone, ni de manera temporal ni en forma definitiva.

Tanto la mandataria como sus correligionarios exigen respeto a nuestros vecinos del norte, pero no del crimen organizado a la ciudadanía y hoy se rasgan las vestiduras en defensa de nuestra soberanía y llaman a una unidad nacional que se han esmerado en dilapidar.

La trasformación que ofreció el expresidente y que continua la mandataria carece del valor fundamental que es el respeto y se ha traducido en una democracia disfuncional con un autoritarismo encubierto; una creciente simulación; la falsificación de la voluntad ciudadana, así como un nocivo populismo que divide a la sociedad y deteriora el tejido social.

Todo indica que la presidenta debe actuar en serio para combatir a los cárteles de la droga, replegar al crimen organizado, destruir la estructura del narco-poder que heredó y de esa forma rescatar a la ciudadanía sometida por el crimen organizado, además conviene cancelar su reforma judicial tendente a la destrucción institucional.

Se dejó que los problemas escalaran y se tornaran en crisis, con ello se propicia el cumplimiento de las amenazas de nuestros vecinos del norte.

Puede haber a quienes no les agraden las decisiones de otros, sin embargo, ello no significa que se apliquen castigos, se denoste, descalifique, destruya, estigmatice o se falte al respeto.

*El autor es abogado, negociador y mediador

Contacto X: @Phmergoldd

Mail: mediador.negociador@gmail.com

]]>

Related Articles