Publicado: septiembre 14, 2025, 8:30 am
Es considerada como una de las mejores actrices vivas y sus 21 nominaciones a los Oscar y las tres estatuillas a sus espaldas lo corroboran. En su filmografía se encuentran exitosas obras como La decisión de Sophie (1982), Los puentes de Madison (1995) o El diablo viste de Prada (2006). Pero, a pesar de su impecable carrera como actriz, marcada por su técnica y versatilidad para adaptarse a los personajes, no todos comparten esa admiración hacia Meryl Streep.
La que es considerada la gran dama del cine clásico, Katharine Hepburn, la actriz con más Oscar de la historia, siempre dejó entrever su desdén hacia Streep. No solo lo dejó claro en vida, sino también en conversaciones privadas con su biógrafo A. Scott Berg.
«La veo demasiado técnica, sin alma. Todo está calculado», expresó Katherine Hepburn, declaraciones que aparecen en Kate Remembered (2003). Para ella, el arte de interpretar surgía del instinto y las entrañas, no de la técnica ni del estudio.
En el libro también se recoge la imitación que la intérprete de La reina de África (1951) hacía de su compañera de profesión. «¡Clic, clic, clic!», decía Hepburn, refiriéndose a «los engranajes que giraban dentro de la cabeza de Streep».
La diferencia en las visiones y posturas de las actrices pudo deberse a la diferencia generacional. Mientras que Hepburn destacó en una época en la que se entendía la actuación como una cuestión de carácter y presencia, Streep vivió una era en la que primaban los acentos perfectos, las transformaciones físicas y la documentación extrema, contando con un enfoque más metódico que la anterior.
En 2004, Meryl Streep mencionó a Hepburn en su discurso al recibir el Premio a la Trayectoria del American Film Institute. «Me siento como si me hubiera colado delante de Lucille Ball, Audrey Hepburn y Katharine Hepburn. ¿Hola? ¿Cómo ha pasado esto?», confesó la intérprete.