Publicado: marzo 15, 2025, 1:30 pm
La denominada ‘coalición de voluntarios’, impulsada por Reino Unido y Francia para lograr una paz duradera en Ucrania, ha pasado este sábado a una «fase operativa», después de que los 26 países que la conforman —entre ellos España—, así como la UE y la OTAN, hayan acordado mantener la presión sobre Rusia para forzar al líder del Kremlin, Vladimir Putin, a negociar el fin de la guerra en Ucrania.
El primer ministro británico, Keir Starmer, convocante de la cumbre virtual llevada a cabo este sábado, ha pedido a los líderes aliados pasar a la «acción» y «nuevos compromisos» en materia de defensa y seguridad para Ucrania y Europa en general.
Al término del encuentro telemático, Starmer ha anunciado que los jefes militares de los países participantes en esta videollamada se reunirán esta semana próxima en el Reino Unido para avanzar en los planes de un posible despliegue de tropas en suelo ucraniano. «Hemos acordado acelerar nuestro trabajo práctico para apoyar un potencial acuerdo, así que ahora vamos a entrar en una fase operativa. Nuestros mandos militares se reunirán este jueves para poner en marcha planes más fuertes y robustos que respalden un acuerdo de paz y garanticen la seguridad futura de Ucrania», ha dicho el líder laborista.
«Reforzaremos las defensas y fuerzas armadas de Ucrania y estaremos listos para desplegarnos como ‘coalición de voluntarios’ para ayudar a proteger a Ucrania por tierra, mar y aire», ha subrayado Starmer.
Por lo pronto, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ya ha dejado claro que su Gobierno no contempla autorizar el despliegue de militares italianos en una posible fuerza de paz para Ucrania. Meloni, una de las principales aliadas de Donald Trump en Europa, ha participado finalmente en la cumbre telemática junto a otros líderes europeos, y ha resaltado en un comunicado la necesidad de trabajar por «una paz justa y duradera» en Ucrania. Sin embargo, también ha aprovechado para reiterar que «no se prevé» que tropas italianas puedan participar «en una eventual fuerza militar sobre el terreno», como pretenden Reino Unido y Francia.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presente también en la videoconferencia con Starmer, no ha avanzado qué hará España en este sentido, mientras que representantes de la Unión Europea como la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se ha limitado a indicar que la UE seguirá «impulsando el gasto en defensa» y «apoyará el fortalecimiento de Ucrania y sus Fuerzas Armadas siguiendo con nuestra estrategia del puercoespín», que pasa por armar tanto a Kiev que resulte indigesta ante cualquier ataque.
Para que el plan de Starmer pueda llevarse a cabo, es imprescindible que Rusia acepte el alto el fuego de 30 días planteado por EE UU y aceptado por Ucrania, al que Putin no ha hecho más que poner condiciones. «No da la impresión de querer la paz sinceramente», ha opinado también el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la reunión de este sábado.
En este sentido, tanto Macron como Starmer y demás participantes en el encuentro telefónico han acordado aumentar colectivamente la presión sobre Rusia y las sanciones y restricciones a su economía —como las congelaciones de activos financieros— para «debilitar» a Putin y forzarlo a sentarse en la mesa de negociación. «Tarde o temprano, Putin tendrá que sentarse a la mesa. Así que este es el momento: que cesen las armas, que cesen definitivamente los ataques bárbaros contra Ucrania y acordemos un alto el fuego ya», ha emplazado Starmer en rueda de prensa.
«Es el momento de entablar un diálogo sobre un mecanismo para gestionar y monitorizar un alto el fuego completo y comprometerse a serias negociaciones, no solo hacia una pausa, sino para conseguir una paz duradera respaldada por fuertes acuerdos de seguridad a través de la Coalición de Voluntarios», ha añadido.
Tal y como ha señalado el premier británico, la pelota está ahora en el tejado de Rusia y, mientras Ucrania ha demostrado que está de parte de la paz al comprometerse a un alto el fuego de 30 días, Putin está intentando demorar el fin del conflicto al exigir un «minucioso estudio» antes de dar luz verde al acuerdo, ya aprobado por Ucrania y Estados Unidos.
Respecto al Gobierno estadounidense, Starmer también ha dicho que está en contacto estrecho y diario con EE UU sobre el desarrollo de las negociaciones de paz y se ha mostrado convencido de que el presidente estadounidense, Donald Trump, está «absolutamente comprometido con la paz duradera que necesita Ucrania y todo lo que está haciendo está orientado a ese fin».