Publicado: septiembre 21, 2025, 4:53 am
La formación de posgrado genera un claro valor añadido y diferencial a un profesional. No solo aumenta la empleabilidad, sino que suele traducirse en mejores oportunidades y salarios a medio plazo. Los másteres proporcionan a los estudiantes las herramientas para enfrentarse a un entorno profesional cada vez más competitivo y globalizado y convierten a los egresados en candidatos con perfiles muy valorados por las organizaciones. «En un mercado laboral como el actual, caracterizado por su dinamismo y por estar inmerso en un proceso de transformación, la formación de posgrado adquiere un papel clave, ya que proporciona especialización y actualización, tanto a los jóvenes como a las personas que ya cuentan con una trayectoria laboral», afirma María Concepción García Gómez, vicerrectora de Formación Permanente, Empleabilidad y Emprendimiento de la UCM. Recuerda que se necesitan profesionales con conocimientos, capacidades y habilidades actualizadas y alineadas con las necesidades de las empresas e instituciones para cubrir sus puestos de trabajo. «Hoy en día, tener un máster o, incluso, un doctorado está siendo cada vez más valorado, por lo que proporciona mejores oportunidades laborales y una mayor capacidad para afrontar retos complejos», añade. Inés Drieselmann, vicepresidenta de Alumni & Careers de IE University, asegura que el máster se ha convertido en una auténtica palanca de empleabilidad y cree que «hoy tener solo el grado rara vez basta». Según la OCDE (2025) los adultos con un título de grado ganan de media un 39% más que quienes se quedan en secundaria, mientras que aquellos con un máster o doctorado alcanzan un 83% más. «Es decir, cursar un posgrado supone un salto adicional de más de 40 puntos porcentuales sobre el retorno salarial que ofrece un grado», subraya Drieselmann. En España, el 18% de los jóvenes entre 25 y 34 años ya cursan máster, por encima de la media de la OCDE y creciendo, lo que muestra cómo el mercado lo percibe como un paso casi natural . «Lo vemos en numerosos antiguos alumnos de máster en IE que al acabar han dado el salto a funciones internacionales, han emprendido sus propias compañías o han asumido puestos de alta dirección en grandes empresas», pone como ejemplo la vicepresidenta de Alumni & Careers. Tal y como resalta Mar Fernández, responsable de admisiones del Campus Villafranca de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), los alumnos de posgrado, en general, cuentan con varias ventajas al enfrentarse al mercado laboral. En primer lugar, «la especialización que obtienen durante su formación les permite destacar en áreas específicas, lo cual les da una ventaja competitiva frente a otros candidatos que no han recibido una formación tan profunda o focalizada». Además, los programas de posgrado «ofrecen la posibilidad de adquirir habilidades prácticas y actualizadas, especialmente aquellas que están alineadas con las últimas tendencias del mercado y las necesidades de cada industria», puntualiza. Los estudiantes de máster o posgrado «suelen ser más innovadores y resolutivos , lo que les permite enfrentar desafíos en entornos laborales complejo», añade. Igualmente, dichos estudiantes suelen desarrollar habilidades de investigación, pensamiento crítico y capacidad para diseñar soluciones innovadoras, «muy valoradas en entornos profesionales». Desde el grupo Adecco advierten que la formación de posgrado no es una garantía para conseguir mejoras en el corto plazo. «Es una formación que te va a aportar una visión más transversal y holística en el caso de los MBA´s y más especializada si buscas postrados por función o industria», subraya Jorga Santamaría, su director de LHH RS Norte. Hoy, quienes tienen un máster tienen tasas de empleo significativamente superiores a quienes solo cuentan con grado universitario. «Es una inversión estratégica para potenciar la carrera profesional y adquirir nuevos conocimientos», indica Santamaría. La formación de posgrado representa un factor diferencial importante en el mercado laboral actual donde hay necesidad de actualizarse continuamente «más aún en el entorno VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad,) en el que estamos inmersos y con el impacto de la IA que hace esencial el ‘upskilling’ y el ‘reskilling’ », destaca el director. Los datos muestran que quienes poseen un máster tienen una tasa de empleo en torno al 88% en España, frente al 80% de los que solo tienen grado universitario. Además, un posgrado no solo mejora la empleabilidad, «sino que suele correlacionarse con una mayor retribución económica», matiza. No se trata de tener algo extra en el currículo, «sino una inversión que puede multiplicar retornos en términos de oportunidades, responsabilidad profesional y salario siempre en el medio-largo plazo». En el entorno empresarial actual, la formación continua se ha convertido en un elemento clave para mantenerse competitivo. «La mayoría de los profesionales ya ha entendido que no pueden limitarse a la formación inicial universitaria; necesitan actualizar conocimientos y desarrollar nuevas competencias a lo largo de su carrera», explica Santiago Foulquie, CMO & Director del Máster Internacional en Marketing Digital de ENAE. En esta institución han observado un crecimiento constante en la demanda de másteres y posgrados , «reflejo de que los profesionales buscan formarse para adaptarse a los cambios del mercado, anticipar tendencias y mejorar su empleabilidad». La formación continua no solo responde a una necesidad de actualización técnica, «sino también al deseo de desarrollar habilidades estratégicas y directivas que marcan la diferencia en cualquier sector», refiere Foulquie. La vicerrectora de Formación Permanente, Empleabilidad y Emprendimiento de la UCM cree que todavía hay un amplio margen de mejora cuando hablamos de la formación continua . «En general, sí observamos que tanto la sociedad como el tejido empresarial reconocen la importancia de la formación continua como un requisito indispensable para mantener la competitividad», afirma García Gómez. No obstante, cree que persisten áreas donde esta conciencia aún debe consolidarse plenamente para que la actualización profesional sea una práctica habitual y accesible para todas las personas. «En un entorno tan cambiante como el actual , una persona no puede desarrollar toda su vida profesional únicamente con su formación inicial, sino que es imprescindible integrar el ‘lifelong learning’ en nuestra cultura laboral», subraya. Asegura que las empresas valoran cada vez más el ‘upskilling’ y el ‘reskilling’ de sus trabajadores e, incluso, «acuden a las universidades para que colaboraremos en el desarrollo de la formación in company». A este respecto Inés Drieselmann recuerda que en la UE, el año pasado, uno de cada dos adultos (entre 25-64) participó ya en algún tipo de aprendizaje en los últimos 12 meses, y la meta es llegar al 60% en 2030. «A nivel corporativo las áreas de formación priorizan IA, liderazgo y ‘soft skills’», subraya. En el caso de IE University, muchos antiguos alumnos vuelven después de 10 o 15 años de carrera para reimpulsar su trayectoria. «Especialmente en tecnología y posiciones de management, no formarse es quedarse atrás», afirma el director de LHH RS Norte del Grupo Adecco. Datos recientes indican que un porcentaje muy alto de trabajadores demanda formación en tecnologías digitales , incluyendo IA. «Además, tanto empresas como profesionales reconocen que la especialización y el reciclaje profesional (‘upskilling’ y ‘reskilling’) ya no son opcionales para mantener la competitividad personal y organizativa», resalta. Las universidades trabajan para que los programas de posgrado respondan a las demandas reales del mercado . En el caso de másteres oficiales, «la incorporación de casos prácticos, herramientas tecnológicas, enfoques interdisciplinares y prácticas externas, entre otras cuestiones, acercan los contenidos de los planes de estudio a las necesidades de las empresas», explica la vicerrectora de Formación Permanente, Empleabilidad y Emprendimiento de la UCM. En el caso de másteres de formación permanente, además de lo anterior, «contamos con una mayor flexibilidad, tanto para adaptar contenidos como para incorporar profesores externos a la propia universidad, que aportan su experiencia profesional para complementar los contenidos más académicos», añade. En ambos casos, «los sistemas de garantía de calidad aseguran que los egresados estén cada vez mejor preparados para afrontar los desafíos profesionales actuales», puntualiza. Desde la UCJC indican que el contacto cercano de la universidad con las empresas y los sectores profesionales es clave: «Permite conocer las demandas y tendencias del mercado, lo que deriva en una actualización constante de los programas educativos». Los contenidos son diseñados para que los estudiantes «no solo adquieran conocimientos teóricos, sino también habilidades prácticas que puedan aplicar directamente en su trabajo, con contenidos actualizados de forma continua para responder a las demandas de un entorno profesional en constante cambio », explica Mar Fernández. En esta universidad promueven la formación transversal en áreas como la gestión de equipos, la adaptabilidad, el trabajo en entornos digitales y el liderazgo, que «son competencias muy valoradas por las empresas en la actualidad». En IE University diseñan los programas en diálogo directo con empleadores. El año pasado conectó a los estudiantes con casi 600 empresas en campus y más de 13.000 ofertas de empleo y prácticas. «Esa relación alimenta el contenido de los programas: desde proyectos en clase planteados por empresas reales hasta simuladores que entrenan toma de decisiones bajo presión», cuenta la vicepresidenta de Alumni & Careers. Además, se aseguran que los ‘insights’ de empleadores globales, regionales y nacionales se integren de nuevo en el currículo académico, cerrando el círculo entre formación y mercado. La formación de posgrado potencia la resiliencia y la adaptabilidad. «Los programas incorporan escenarios reales y casos prácticos que preparan a los profesionales para tomar decisiones rápidas y efectivas ante cambios internos en la empresa, transformaciones del sector o incluso en situaciones de emprendimiento », resalta Santiago Foulquie, de ENAE. Esta flexibilidad no solo facilita la adaptación a nuevas responsabilidades dentro de la organización, «sino que también permite explorar oportunidades profesionales fuera de la empresa, ampliando horizontes y posibilidades de desarrollo». Por su parte, María Concepción García Gómez recuerda el papel de los másteres como herramienta poderosa para reorientar la carrera profesional o reinventarse , ya que proporcionan una formación académica especializada, una actualización sólida y permiten ampliar las redes profesionales. Teniendo en cuenta que los másteres requieren disponer de tiempo durante un periodo prolongado, cuando por motivos personales o profesionales no es posible «están adquiriendo gran relevancia las microcredenciales universitarias, que son micro-formaciones, de menos de 15 créditos ECTS, que acreditan la adquisición de ciertas competencias». Desde IE University indican que cada vez más profesionales de 40 y 50 años eligen másteres de especialización o MBAs ejecutivos y con ello buscan actualizarse, reposicionarse o emprender . Según GMAC, entre los candidatos mayores de 40, casi el 60% prioriza aprender sobre IA, y muchos prefieren formatos parciales que les permiten compaginar trabajo y vida personal. Jorga Santamaría, del grupo Adecco, recuerda que los séniors buscan adquirir nuevas competencias y afrontar responsabilidades estratégicas. «La actualización constante no es solo para jóvenes, es clave para para profesionales de todos los niveles», matiza.