Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Keynesianismo en tres direcciones

Publicado: marzo 13, 2025, 3:00 am

¿Cómo era, en términos de filiación doctrinal, Rogelio Ramírez de la O (RRO), quien renunció recientemente al mando de la SHCP? La identificación de RRO con el pensamiento del economista inglés John Maynard Keynes era inocultable para todos los que lo conocían. Había sido el sucesor en el despacho de consultoría Ecanal, establecido y dirigido durante años por un discípulo y amigo personal del profesor de Cambridge, de nombre Redvers Opie. ¿Pero, a la cabeza de la SHCP, en calidad de timonel de las finanzas nacionales, pudo RRO actuar en plena congruencia con su karma keynesianista? Yo creo que no. A las pruebas me remito.

En ocasión del impacto de la pandemia por Covid en 2020, se presentó la situación idónea para la aplicación de la receta keynesiana clásica: inducir expansionismo fiscal para contrarrestar una contracción muy intensa del gasto total. Pero no pudo ocurrir de esa manera, y RRO debió sentir una gran frustración en su alma de keynesiano convencido. Y según toda la lógica posible, si en algún momento de su gestión resultó procedente su renuncia al frente de la SHCP, fue en ese trance. Pero no sucedió en ese sentido. Y mantuvo en neutral la postura fiscal cuando la economía entraba en severo estancamiento.

Más adelante, concretamente en el último año del sexenio, RRO se plegó a aplicar con todo furor el keynesianismo electoral. Cuando no había indicio alguno de deterioro de la demanda agregada por razones estacionales. Fue entonces que, bajo su mando en la SHCP, el déficit fiscal se desbordó hasta llegar al 6 por ciento sobre el PIB. Paradójicamente, el resultado en crecimiento económico resultó casi nulo. Y, desde luego, con la ampliación del déficit fiscal, la deuda pública se incrementó también en gran monto.

Pero el expansionismo keynesianista aplicado a contrapelo conlleva siempre sus costos macroeconómicos y financieros. En la actualidad, ya en la administración Sheinbaum, el imperativo es limpiar los escombros que dejó la fiesta fiscal. Recoger las varas de los muchos petardos que se tronaron. Y la única manera verdadera de llevar a cabo esa limpieza es reduciendo el déficit fiscal mediante la contracción de los gastos y la elevación de los ingresos públicos. Es decir, aplicar la receta keynesiana clásica, aunque en reversa. ¡Imagínese el lector el conflicto doctrinal! Un discípulo de Keynes, de corazón duro, obligado por las circunstancias a meter marcha atrás en el balance de la política fiscal. La contradicción doctrinal debió ser intolerable. Angustiante. Se entiende que RRO haya estado insistiendo tanto en presentar su renuncia. ¡Adiós!

Related Articles