Publicado: diciembre 16, 2025, 9:30 pm
La cantante Judeline —Lara Blanco— se une a Amaia, Bad Gyal, Aitana o la propia Rosalía y se convierte en portada de Vogue. La joven consolida actualmente su lugar entre los grandes nombres del panorama de la música nacional e internacional, habiendo actuado en festivales como Coachella, y se consagra como un icono pop y de estio.
La intérprete gaditana ofrece una entrevista para la revista de moda, donde ha hablado sobre las dificultades de trabajar en la industria, lo que implica ser una estrella del pop, el éxito y la presión y el futuro de su carrera, entre otros temas.
«Con Bodhiria, he descubierto lo duro que es hacer un disco. La de cosas que no son música que una tiene que hacer: hablar de dinero, algo que siempre me ha resultado incómodo; tener cuidado con tus contratos o tener muy presente la forma de comunicar el proyecto… Hubo un momento en el que lo odiaba», asegura Judeline sobre su último poryecto musical. «No lo podía soportar. Decía: ‘Si escucho esta canción otra vez más, me mato’. Así que verlo terminado me ha permitido volver a reconectar con ello y sentirme orgullosa, pero el camino fue jodido», reconoce.
Este álbum le ha hecho ver «lo relativo que puede ser el éxito». «Siempre me he imaginado el sueño adolescente de los estadios llenos, la fama y la locura del público de masas. Yo quería ser Lady Gaga de pequeña […] A la mujer siempre le dicen que la única forma válida de triunfar es esta cosa de estrella del pop, pero hay muchísimas otras maneras de hacerlo. […] A lo mejor encuentro más mi propósito en un registro como cantautora o en articular historias y conceptos», añade a sus declaraciones.
Asimismo, matiza en que la gente que sigue a un artista se piensa que «todo tiene que ir siempre a más». «Este primer disco ha ido superbien y el próximo que tengo en mente quiero que rompa muchísimo, pero va a ser distinto […] Creo que lo bonito en el éxito es la versatilidad, poder materializar tu arte de maneras muy diversa«, concluye con su postura.
