Publicado: abril 12, 2025, 4:30 am
José Elías Navarro (Badalona, 1976) es un empresario español de origen humilde, hijo de un electricista y una madre separada. Creció en el barrio obrero de Sant Crist de Can Cabanyes y estudió Ingeniería Técnica Industrial. Con un patrimonio estimado en unos 900 millones de euros, según Forbes 2024 (posición 49 en España) es además una figura habitual en podcast y vídeos de internet.
Tras fracasar en sus primeros negocios y arruinarse dos veces, incluida una crisis en 2009 que lo dejó con solo 3.000 euros, fundó Orus Energía, que evolucionó hasta convertirse en Audax Renovables, una empresa líder en energías renovables que hoy factura miles de millones de euros anuales. Elías diversificó más adelante sus inversiones en sectores como alimentación, comprando la cadena de supermercados de congelados La Sirena, entre otros negocios.
A pesar de su riqueza, se define como un «rico con mentalidad de pobre» y comparte su historia de superación en redes sociales y su libro Billionaire, con la idea de inspirar a emprendedores. Vive en Tiana (Barcelona) con su pareja y tres hijos, sobre los que ha hablado en una de sus últimas publicaciones en X (Twitter).
«Mi hijo quiere correr en karts 2 veces al mes (700€ en total). ¿Puedo pagarlo? Sí. ¿Debería hacerlo? No», empezaba diciendo. Es, según explica, una cuestión de enseñanza. «Si hay algo por lo que lucho es por que mis hijos no crezcan creyendo que la vida es pedir y recibir».
Esos 700 euros que costarían los karts son «la mitad de un sueldo de alguien que trabaja todo el mes», hace ver el empresario. «Y me niego a pagárselo aunque pueda. Porque si les doy todo sin esfuerzo, les estaré haciendo un flaco favor. No quiero criar a alguien que nunca entienda lo que cuesta ganarse las cosas», explica.
Como decíamos, José Elías es de origen humilde. «Ellos no han vivido lo que yo. Yo sé lo que es esforzarse para salir adelante. Por eso, quiero que mis hijos aprendan a valorar el esfuerzo, el trabajo, a no dar por hecho lo que tienen», exponía.
Así, los hijos de Elías tienen que ganar su propio dinero y en verano van a la oficina y «curran para costearse lo que ellos quieran». «Sé que a veces puedo hacerlo mejor, seguiré intentando que mis hijos aprendan que la vida no es abrir la boca y recibir lo que quieren», concluía el millonario.
