Publicado: diciembre 21, 2025, 10:00 am
Aunque muchas veces se asocia la enfermedad cardiovascular únicamente al músculo cardíaco, gran parte de los problemas actuales se originan en el árbol circulatorio, una compleja red que lleva oxígeno y nutrientes a los órganos. El cardiólogo José Abellán ha explicado en el podcast Tus amigas las hormonas que para comprender cómo se manifiesta un infarto es fundamental tener en cuenta las diferencias hormonales entre hombres y mujeres.
Los estrógenos, más presentes en ellas hasta la menopausia, ejercen un papel cardioprotector, mientras que la testosterona, predominante en los hombres, influye de forma distinta en el sistema cardiovascular. Por eso antes de la menopausia el riesgo de infarto es menor en mujeres. «Hasta la menopausia la enfermedad cardiovascular sigue siendo inferior en la mujer comparada con el varón porque los estrógenos protegen del infarto», ha aclarado el especialista.
Con la llegada de la menopausia, esta protección natural desaparece. Abellán ha detallado que, a partir de ese momento, la probabilidad de sufrir un infarto se iguala e incluso puede superar a la del varón. Aunque los hombres siguen registrando más infartos, al final de la vida el número de pacientes cardiacos acaba siendo similar en ambos sexos.
El especialista también ha analizado las diferencias en la presentación de los síntomas. Mientras los hombres suelen experimentar el clásico dolor opresivo en el pecho, en algunas mujeres son más frecuentes los llamados «síntomas atípicos»: cansancio brusco e inexplicable, sudoración intensa o molestias localizadas en la garganta o en la parte alta del abdomen. Abellán ha descrito especialmente ese «cansancio que no puedes explicar», una señal que puede confundirse con otros problemas si no se conoce.
No obstante, los datos muestran que esta diferencia es menor de lo que suele pensarse. Según los estudios citados por José Abellán, los síntomas atípicos se presentan en el 27% de los hombres frente al 34% de las mujeres, una variación de apenas un 7%. Esto confirma que, aunque ellas pueden manifestar el infarto de forma menos típica, la variación es tan leve que la señal más habitual del infarto sigue siendo la presión en el pecho, también en mujeres.
La explicación del cardiólogo pretende arrojar luz sobre dos puntos claves: no hay que obviar los síntomas atípicos pero tampoco pensar que por ser mujer el infarto se va a manifestar siempre así. El dolor torácico continúa siendo el síntoma principal que suele presentar la mayoría de la población, independientemente de su sexo.
