Publicado: junio 23, 2025, 11:30 am
El 23 de junio de 2021 el mundo de la televisión y la prensa rosa se levantó con la triste noticia del fallecimiento de Mila Ximénez a los 69 años debido a un cáncer de pulmón. Su entorno más cercano la recuerda cada día y entre ellos destaca Jorge Javier Vázquez, que ha querido rendirle homenaje en el cuarto aniversario de su muerte.
El presentador de Supervivientes ha publicado en su cuenta de Instagram un carrusel de fotografías en las que aparece junto a su compañera y amiga. Estas instantáneas las ha acompañado con una emotiva dedicatoria.
«La felicidad era esto. Cuatro años después, siempre contigo«, ha apuntado el comunicador en recuerdo de Mila Ximénez. En dichas imágenes, los dos están sentados en la terraza chill out que tiene Jorge Javier en su casa.
El apartado de comentarios se ha llenado de mensajes por parte de los seguidores y amigos de ambos, que también han querido recordar a la periodista. «¡Qué grande era Mila y siguiera siendo!», «Qué bonita es la amistad verdadera» o «Siempre estará en nuestros corazones«, son algunos de ellos.
Kiko Hernández: «Pienso en Mila todos los días»
Quien también ha homenajeado a Mila Ximénez en el cuarto aniversario de su muerte ha sido Kiko Hernández. Lo ha hecho en una entrevista concedida a Semana, en la que ha declarado que piensa en ella «todos los días» y sueña mucho con ella.
«No hay una vez que no piense ‘¿Qué diría Mila aquí?’ o ‘¡Cómo se reiría Mila de esto!’. Pero esto no me pasa solo en el programa, sino en mi vida […] Sueño que compartimos plató, que hemos tenido una discusión o que nos meamos de risa […] Cuando se nos fue yo no tenía ganas de trabajar, de hablar ni de reírme. No era yo, no soportaba la idea de estar en un plató sin ella«, ha asegurado.
En la conversación, ha recordado un tierno momento que vivió junto a ella y sus hijas, Abril y Jimena: «Un día estábamos haciendo una videollamada y Abril le dijo: ‘tita Mila, escúchame tú cuando estés muy malita te pones purpurina’. Mila, que no se pudo aguantar el llanto, colgó para que no la viéramos y poder llorar a gusto. Al rato volvió a llamar y apareció con la frente llena de purpurina. Desde ese día, siempre que tenía quimio, se llevaba un botecito de purpurina y nos mandaba una foto con la frente a reventar de brillos. Mi hija siempre decía ‘muy bien, tita Mila, esto lo cura todo».
