Publicado: mayo 6, 2025, 8:30 am
Sin camiseta, con actitud chulesca y posando de forma seductora en la playa: así se resumía el tipo de fotografías de Jordi Wild que numerosos internautas rescataron en redes sociales a principios del año 2022 para plasmar, a modo de parodia, algunas de las frases para ligar más torpes y desafortunadas que se les ocurrían.
Una estampa de lo más cómica que no tardó en viralizarse en redes como X (antiguo Twitter) y convertirse en uno de los memes más recurrentes en esa época. Desde entonces, frases como «¿tú qué, ¿ni dos besos ni nada?» o «debió gustarte mi mensaje, porque lo llevas leyendo dos semanas» ya forman parte de la cultura popular de internet.
Aun así, ninguna de ellas es comparable al ya clásico «¡Hey, olvidona, que me tienes abandonado!», cuyo imborrable impacto sigue arrancando más de una carcajada a día de hoy. Tanto es así que Jordi Carrillo de Albornoz, el youtuber que protagonizó este fenómeno viral, aún tiene presente la gran repercusión que obtuvo:
«Esa fue la cosa más surrealista que me ha pasado a mí en la vida», señala el catalán durante su charla en El sentido de la birra, el pódcast presentado por Ricardo Moya. «Piensa que esto fue como que me levanto y, sin ningún tipo de sentido, de repente, recibo 140 mensajes», relata Jordi, incrédulo ante la inmediata viralización del meme.
Aunque, al principio, no entendía el trasfondo del asunto, pronto se rindió a la broma colectiva y, tomándoselo con sentido del humor, se sumó al icónico meme de «Olvidona». «Yo me lo tomé muy a cachondeo, si te soy sincero», explica el youtuber, consciente de la «fina» línea entre el humor y la burla (o «el machacar a alguien»). «Pero claro, me pillas a mí, que me ha ido de lujo el meme, sinceramente», añade.
De hecho, según él mismo cuenta, este fenómeno viral no solo disparó de forma considerable su cifra de seguidores -actualmente, cuenta con más 6,55 millones en YouTube-, sino que también suavizó la percepción del público sobre su figura, alejándolo del «estigma» que solía acompañar a su imagen imponente y a algunas de sus «actitudes».
«Caí mejor porque, como me reí, mucha gente que podía pensar de mí que era un chulo, o que era un prepotente, cambió esa imagen sobre mí», explica Jordi en la citada entrevista, y añade: «El caso es que me humanizó. En plan: ‘pues este no es tan gilipollas'».
