Publicado: enero 10, 2025, 2:15 am
¿Qué puede llevar a una de las actrices llamadas a ser grandes estrellas de Hollywood a dejarlo prácticamente todo atrás en la Meca del Cine y convertirse en otra cosa totalmente distinta en la que, además, triunfar incluso más que a través de la gran pantalla? Las respuestas pueden ser variadas, sobre todo debido al machismo de la industria del cine norteamericano a principios de milenio, con Harvey Weinstein a la cabeza, pero el caso paradigmático de Jessica Alba esconde muchísimo más, siendo hoy por hoy una empresaria de enorme éxito que solo retorna a los rodajes cuando encuentra un proyecto que de veras le llama la atención.
Por ejemplo, el año pasado, cuando estrenó en junio y en todo el mundo gracias a Netflix, la cinta de acción Detonantes, a las órdenes de la directora de Indonesia Mouly Surya, y que protagoniza. Un nuevo rumbo en la vida de Alba que llevaba varios años, casi una década, apareciendo únicamente a través de cameos o personajes secundarios, incluso haciendo de sí misma, en series y películas de corte más independiente o apoyando a amistades como Taylor Swift, apareciendo en el videoclip de Bad Blood.
Ahora ha vuelto a los titulares después de su separación del actor y productor Cash Warren, a quien conoció rodando una de las cintas de Los 4 fantásticos y con quien había escrito una historia de amor que ha durado veinte años, casándose en mayo de 2008 y teniendo tres hijos: Honor Marie, nacida el 7 de junio de aquel mismo año; Haven Garner, a la que dieron la bienvenida a mediados de agosto de 2011; y, por último, Hayes Alba, a quien dio a luz el último día del 2017.
La separación, amistosa, se venía barruntando desde hacía varios meses, dado que en sus últimas apariciones públicas Jessica había sido vista sin su alianza. Porque Jessica Alba continúa siendo toda una figura mediática. Y todo ello habiendo conseguido dejar de lado aquella imagen «de chica sexy en bikini de las películas» que se ganó, sobre todo, por su papel en Sin City, una etiqueta que no casaba en absoluto con una chica que dejó el catolicismo, aunque cree en Dios, precisamente por sentirse juzgada por los hombres —así como por su postura en contra de las relaciones prematrimoniales y la homosexualidad—.
«Los hombres mayores coqueteaban conmigo, y mi sacerdote dijo que era porque llevaba ropa provocativa, cuando en realidad no lo hacía. Solo me hacía sentir como si no fuera deseable al sexo opuesto, que era mi culpa, e hizo que me avergonzara de mi cuerpo y de ser mujer», llegó a revelar quien estuviera en casi todas las listas de mujeres más atractivas del mundo. Pero lo de los hombres mayores ha sido una constante en su vida, afirmando que siempre se ha sentido atraída por ellos. Y, para muestra, su primera pareja conocida.
En pleno auge de su fama, mientras rodaba la serie Dark Angel, en el año 2000, con 18 años, comienza una relación con Michael Weatherly, 12 años mayor que ella. En su vigésimo cumpleaños, él le propuso matrimonio y Alba aceptó, si bien en agosto de 2003, antes de pasar por el altar, rompían. «Era virgen. Pensé que él sabía qué era lo mejor. Mis padres no eran felices, son muy religiosos. […] Yo soy completamente diferente», afirmó sobre por qué comenzó a salir con él.
A todo ello hay que añadir que la californiana, que ahora tiene 43 años, siempre ha tenido una salud muy débil, principalmente en su infancia. «Mi madre tuvo cáncer a una edad muy temprana, con apenas 20 años. Crecí con una enfermedad crónica. Me sometieron a cinco cirugías antes de cumplir los 11. Tuve alergias crónicas y me hospitalizaron mucho cuando era una niña», reveló a la revista Romper, a lo que hay que añadir asma, neumonía, un quiste amigdalar, trastorno obsesivo-compulsivo y TDAH.
Esto, unido a su necesidad de ser vista como una actriz seria —lo que la enfrentaba a la imagen que querían transmitir de ella los ejecutivos hollywoodienses—, pues llevaba queriendo dedicarse a la interpretación desde niña, con una cláusula en su contrato por la que no hacía desnudos, hizo que poco a poco desapareciese de la órbita de los grandes proyectos, amén de que la propia Alba buscaba ser más selectiva.
«Me decían: ‘Ni eres lo suficientemente latina para interpretar a una latina, ni lo suficientemente caucásica para ser la protagonista, así que vas a ser la exótica«, reconoció en una entrevista con PopSugar, al tiempo que no ha tenido miedo de denunciar el acoso al que se le ha sometido. «Como actriz joven creciendo en el negocio aceptas que es así como te van a tratar, puedes aceptarlo o no. ¿Que si pienso que habría tenido más oportunidades de haber hecho algo diferente a lo que hice? Seguro. Pero no era algo con lo que me sintiera cómoda. He sufrido de todo. Llevo en esto desde los doce años. Imagina», explicó en la CNN.
Una mezcla de factores que estalló cuando se quedó embarazada de su primera hija. «Tuve algo así como una revelación por la que supe que quería vivir, ser mejor persona y pasar todo el tiempo que pudiera con ese bebé que estaba trayendo al mundo. Quedarme a su lado. Me importa mucho el tema de la salud y quiero que esta niña esté sana. Es muy, muy difícil ser feliz cuando no se tiene eso», reconoció entonces. Y llegó una devaluación de su imagen que a ella no le importó en absoluto porque ya tenía otras miras en su vida.
«Francamente, estaba en lo mejor de mi carrera, pero mi única motivación era la salud. No me preguntaba si volverían a contratarme alguna vez», dijo. Y entró en escena Christopher Gavigan. En 2012, junto a él, Jessica Alba comienza su aventura empresarial fundando The Honest Company, la cual está dedicada por entero a la creación y venta de artículos y productos para bebés, para mujeres y para el hogar con una importante condición: han de ser orgánicos y sin ningún componente tóxico.
En apenas dos años ya estaba valorada en mil millones de dólares —según Fortune—, apareciendo en la portada de la revista Forbes y explicando que fue el hecho de ser madre y su historial de enfermedades lo que le había inspirado para lanzar la compañía con la que ha amasado una enorme fortuna, que se ha convertido en su labor diaria —no solo la dirige, sino que ejerce también de principal embajadora en sus redes sociales, ya que tiene más de 21 millones de seguidores en Instagram— y que ha derivado en el resto de sus quehaceres, como haber publicado libros como La vida honesta, sobre su forma de llevar una vida no tóxica y centrada en la familia.
«Crear una marca y un negocio es jodidamente imposible. Y ser buena en ello es muy difícil. Intento mejorar cada día como empresaria, pero se necesita mucho más que tener influencia y fama y hacer una gira de promoción, elegir un par de diseños y poner tu nombre en la etiqueta», ha declarado. Toda una declaración de intenciones de Jessica Alba, que ha sabido aprovechar su salida de Hollywood como un trampolín perfecto para ser una de las mujeres con mayor éxito actual fuera de la industria.
