Publicado: enero 7, 2025, 12:20 pm
En un recorrido por la historia de la ultraderecha europea aparece sí o sí el nombre de Jean Marie Le Pen, que falleció este martes a los 96 años, ya retirado de la vida pública y después de más de medio siglo siendo una figura clave para entender la política en Francia. No llegó a tocar techo, pero sí fondo, desbancado por quienes le tuvieron en algún momento como referencia. Le Pen padre -político y biológico- tuvo como aprendiz a una Marine Le Pen que ahora aspira a la cima también desde la derecha radical, pero para muchos siendo menos extrema que su progenitor.
Y es que Jean Marie Le Pen jugaba al límite: un radical de la vieja escuela que se desfondó para ser presidente de Francia, pero la ciudadanía, en general, le dio la espalda. En 1972 fundó el Frente Nacional, partido pionero de la derecha radical no solo a nivel galo, sino también en Europa, y lo lideró hasta el año 2011. Entre esos años, fue candidato a las elecciones presidenciales en 1974, 1988, 1995, 2002 y 2007, justo antes de dar un paso al lado tras una carrera cíclica.
El rictus de Le Pen, serio y avinagrado, ha ido de la mano de sus expresiones y posicionamientos ideológicos. En 1987, declaró que las cámaras de gas fueron «un detalle de la historia» de la Segunda Guerra Mundial, lo que generó una fuerte indignación en Francia y en todo el mundo. Esta frase le valió múltiples condenas judiciales por incitación al odio racial y negacionismo del Holocausto, con un perfil que ni siquiera en la derecha radical actual tendría demasiada cabida.
Le Pen, en general, fue conocido por sus posturas xenófobas y racistas. Además, llegó a decir que la presencia nazi en Francia «no fue tan grave» y a mediados de los noventa afirmó que el «problema demográfico» de Francia podría resolverse si «un millón de franceses blancos tuviera tres hijos cada uno», lo que fue interpretado como un llamamiento racista contra la población inmigrante. Contra los migrantes afeó que pudieran «llegar a mandar en Francia» en pocas décadas «porque habrá 25 millones de inmigrantes».
Pese a todo esto, Jean Marie Le Pen llegó a su cúspide política en las elecciones presidenciales de 2002. Nadie contaba con ello, pero llegó a la segunda vuelta sobre todo tras los malos resultados del socialista Jospin; era la primera vez que la ultraderecha llegaba tan alto en Francia, pero se quedó en el caso: en el cara a cara frente a Jaques Chirac, Le Pen se quedó en un escueto 16% de los votos, pues el conservador se benefició de un cordón sanitario que, algo más endeble, todavía se sostiene (pero no se sabe por cuánto tiempo).
Aquel fracaso -aunque no lo fue tanto para su espacio político porque se convirtió en una primera piedra- acabó llevándole a Bruselas: Le Pen fue eurodiputado entre 2004 y 2019, año en el que definitivamente se retiró de la vida política; antes, en 2015, fue expulsado de su propio partido -del que desde 2011 había sido presidente de honor- en una decisión de la que, a menos hacia fuera, no participó su hija y sustituta Marine Le Pen, quien además refundó la formación pasando a llamarla Reagrupación Nacional.
Jean Marie Le Pen aprendió a caminar en las aguas de la ultraderecha, rancia y rompedora, para que por ejemplo Marine Le Pen, pero también Jordan Bardella o Eric Zemmour puedan correr, sobre todo la primera, que ahora aspira a lo que no logró su padre. En 2027 se cumplirán 10 años desde las últimas elecciones a las que se presentó el ‘padre’ de la extrema derecha gala, y será su hija la que pueda alcanzar el Elíseo.
