Publicado: octubre 28, 2025, 6:00 am
Padecer migraña es algo así como vivir con una sombra que acecha a quienes la padecen, que no saben cuándo va a aparecer ni tampoco cuánto tiempo va a permanecer con ellos. La migraña, que afecta a 5 millones de personas en España, según los expertos de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE) es una enfermedad neurológica que puede afectar de manera significativa la calidad de vida y el rendimiento laboral de quienes la padecen.
Convertida en nuestro país en una de las 5 principales causas de discapacidad, que afecta mayoritariamente a las mujeres, es una patología infradiagnosticada hasta tal punto que puede llegar a tardar 6 años hasta conseguir un diagnóstico definitivo. Para profundizar en su prevalencia, y en la manera en la que genera un estigma laboral, entrevistamos al doctor Jaime Rodríguez Vico, coordinador de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
«Cada migraña es diferente, y su diagnóstico no es fácil»
Vico, que ha explicado las razones en el retraso del diagnóstico en el último capítulo del podcast Salud con Perspectiva de Organon, deja claro antes de comenzar nuestra entrevista que «cada migraña es diferente y cada paciente cambia a lo largo de la vida; por ello, muchas veces no se trata de la ‘migraña del libro’ que todos tienen en mente: un dolor de cabeza acompañado de náuseas y vómitos. Los síntomas pueden ser distintos y, si no se presentan los más reconocidos, resulta aún más difícil diagnosticarla”.
Y añade que, «aunque el grado de discapacidad que puede provocar esta patología sea similar en ambos sexos, sí hay factores biológicos, hormonales e incluso psicosociales que pueden desencadenar episodios más frecuentes y severos en ellas. La mayoría de las migrañas en mujeres suele aparecer con el inicio de la menstruación; es decir, está muy influenciada por los ciclos menstruales. Además, se observa cómo cambia a lo largo del embarazo y en la menopausia, siendo más frecuentes los episodios o crisis en esos periodos de transición».
En cuanto al estigma laboral, «esta circunstancia invalidante lleva a los empleados en algunas ocasiones a ocultar su enfermedad por miedo a ver frenado su desarrollo profesional, o a quedar fuera de promociones y cargos de responsabilidad».
Qué es la migraña y en qué consiste el estigma laboral
Como comienza explicando el neurólogo, «la migraña es un síndrome neurológico de base biológica en la que nacemos con un cerebro ‘hipersensible’ que activa un sistema de dolor (trigémino-vascular) en las meninges con liberación de varias proteínas como CGRP. El dolor de cabeza, intenso, pulsátil, hemicraneal… es el protagonista, pero ni mucho menos viene solo».
Mientras que la Organización Mundial de la Salud la considera la segunda enfermedad más incapacitante, Vico añade que el dolor de cabeza «se acompaña de auras (visuales, sensitivas, del habla), náuseas, intolerancia a la luz, sonidos, olores y movimientos de la cabeza, que en ocasiones son más incapacitantes que el dolor. En la práctica, se te apaga el día: no puedes concentrarte, trabajar con pantallas, conducir, hablar, o pensar».
En cuanto al estigma, «una crisis puede durar de 4 horas a 3 días. Para que todos entiendan que no son excusas en el trabajo, las migrañas provocan dolor progresivo, intenso, visceral, que empeora con el movimiento. Va acompañado de náuseas y vómitos, se te revuelve el estómago. Pero es que también te molesta la luz y los sonidos, no soportas los olores químicos, notas destellos, hormigueo y dificultad para hablar. Dime tú cómo se te queda el cuerpo con todo esto».
«La migraña no se cura, hay que trabajar en planes individualizados»
El doctor continúa diciendo que «cada migraña es única. No vale ‘yo también tengo dolores de cabeza alguna vez’. Lo complicado es que además cambian en la misma persona a lo largo del tiempo. Cambian el hardware con el que nacemos (genes), y el software que vamos incorporando (hábitos de vida (deporte, alimentación, sueño). Esto hace que cada paciente tenga desencadenantes, síntomas, respuesta a fármacos y frecuencia que varían«.
Esa es la razón por la que los expertos trabajan planes individualizados y van ajustándolos en función de la evolución. La migraña no se cura, por eso es importante un seguimiento por un experto. «Además del dolor y los vómitos puede haber deshidratación, agotamiento e insomnio. Las crisis repetidas sin control pueden favorecer la cronificación (migrañas más de 15 días al mes) y sus consecuencias de dificultad de manejo».
Tratamientos disponibles para las migrañas
Existen dos tipos de tratamientos; unos para cortar las crisis de dolor (sintomáticos), y otros para hacer que estas sean menos frecuentes, intensas y duraderas (preventivos). En la primera categoría entran analgésicos y antiinflamatorios (ibuprofeno, naproxeno, etc.); Triptanes (específicos de migraña); Gepantes y ditanes (familia nueva para quienes no toleran o no responden a triptanes); y Antieméticos para las náuseas. Usados de forma precoz (30 minutos antes), estos tratamientos funcionan mejor.
En cuanto al protocolo preventivo, que tiene como objetivo reducir la frecuencia de los episodios migrañosos, están los anticuerpos anti-CGRP / anti-receptor (mensuales/trimestrales); la Toxina botulínica tipo A en migraña crónica; los preventivos clásicos como betabloqueantes, antidepresivos, antiepilépticos (según perfil del paciente); y los Neuromodulación (dispositivos externos) en casos seleccionados.
Los síntomas menos reconocibles que pueden influir en el diagnóstico de la migraña son bostezos, antojos, mucho pis, rigidez de cuello, cambios de humor, cansancio, dificultad de concentración; molestias al peinarse o llevar gafas/gorras; y los vértigos. «Contarlo al especialista ayuda muchísimo al diagnóstico», dice Vico.
«Hay que crear entornos laborales inclusivos para evitar el estigma»
El experto consultado nos habla en primer lugar de esos hábitos en el estilo de vida que pueden ayudar a calmar las migrañas. Entre ellos,» es necesario trabajar por un sueño reparador y regular; comidas que aporten hidratación; moderar el consumo de alcohol y la cafeína; hacer ejercicio aeróbico/isométrico 3 días en semana; gestionar el estrés con respiraciones conscientes; mantener una buena higiene con pantallas; evitar el sobrepuso de analgésicos; y llevar un diario de migraña para afinar el tratamiento».
En cuanto a la manera en la que el entorno laboral puede ayudar en este proceso tan invalidante, el neurólogo recomienda «permitir pausas breves al inicio de la crisis para medicarse a tiempo; conseguir espacios tranquilos con el ruido controlado; horario flexible cuando hay crisis; políticas claras de asistencia a consultas médicas sin penalización; y formación básica en equipos y mandos, que entiendan que es una enfermedad neurológica real y frecuente, y no una exageración«.
