Isabel o Luis. Solo uno de ellos podía convertirse en el ganador de El juego del calamar, el evento presencial que organizó Ibai Llanos este jueves 19 de diciembre en la Caja Mágica de Madrid, al más puro estilo de la popular serie de Netflix. Sin embargo, finalmente, fue Isabel quien se alzó con la victoria tras obtener los 27.000 euros que contenía su hucha.
Siguiendo la estela de MrBeast, quien recientemente estrenó su propia versión con más de 5 millones de dólares de premio, el streamer vasco -en colaboración, eso sí, con Netflix y KFC- volvió a hacer historia en nuestro país con su particular Juego del calamar, cuyo duelo final fue seguido por más de 160.000 espectadores, después de tres horas de transmisión en directo en Twitch.
Aunque participaron un total de 456 personas anónimas, tan solo una de ellas logró proclamarse vencedora tras superar los diversos desafíos a los que tuvieron que enfrentarse. Desde las «bandejas pesadas» y el «juego de las penas» hasta «el campeón», una de las pruebas más reñidas y disputadas, los concursantes llevaron al límite sus capacidades tanto físicas como mentales.
Sin embargo, todo se resolvió en cuestión de unos minutos mediante una dramática elección final, en la que Isabel debía decantarse por una de las dos huchas idénticas con la premisa de que una de ellas contenía el premio final, valorado en 40 millones de wones coreanos (unos 27.108 euros). En este contexto, debía negociarlo con su rival, Luis, quien fue el único que vio los dos fajos de billetes que contenía una de las huchas.
Tras varias preguntas inquisitivas, Isabel se quedó con su hucha, sin caer en el intento de engaño de su oponente. Una decisión que le valió para alzarse con la victoria y que, según ella misma reveló, la había tomado prácticamente desde el principio.
«Le he estado preguntando para saber si me mentía o me decía la verdad. Entonces yo si veo que cuando me hablas, primero pestañeas…», comentó la concursante ante la incredulidad de Ibai, Nil Ojeda y el resto de comentaristas. «¡Espectacular!», señala Ojeda sobre su llamativa estrategia.
«‘Pero Isabel, qué eres, ¿psicóloga deportiva?», bromeó el vasco, tras lo que la joven, visiblemente sonriente, explicó que es una técnica que «siempre» utiliza y que, en esta ocasión, le permitió comprobar si su compañero trataba de engañarla.