Publicado: noviembre 28, 2025, 8:00 am

El desfile por el Día de la Aviación Militar Bolivariana, celebrado este 27 de noviembre, estuvo encabezado por el ministro de la Defensa, desde la Base Aérea Libertador en Maracay, mientras Nicolás Maduro apareció en un mensaje grabado, desde un recinto cerrado. Dos oficiales consideran que lo peor del evento fue la apología al intento de golpe de 1992.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
Vladimir Padrino López, junto al comandante Estratégico Operacional y altos oficiales, encabezaron el desfile al que Nicolás Maduro no se atrevió a llegar, más que a través de un video de 22 minutos. Hubo un gran esfuerzo en el despliegue de los aviones en el aire, aunque los oficiales del presídium estaban más entretenidos con sus teléfonos celulares y charlas entre ellos.
Padrino dio un discurso, en la misma narrativa de Maduro y el jefe de la agrupación de parada, con consignas, mensajes ideológicos, respuestas a la operación de EEUU en el Caribe y apología al golpe que oficiales de la Aviación intentaron contra el entonces presidente de la República, Carlos Andrés Pérez.
El jefe de la agrupación de parada, general de brigada Hernán Miguel Acosta Figueroa, destacó la presencia de 1.358 soldados y reivindicó la intentona golpista del 27N como una “gesta heroica”.

La conmemoración, que marca 33 años de aquel levantamiento fallido contra la democracia, generó malestar en sectores internos. Un oficial, que pidió no ser identificado, dijo que “lo único realmente destacable del acto fue la formación final de los aviones en el espectáculo aéreo”.
Fue manifiesto el descontento con la presencia del gobernador del estado Lara, Luis Ramón Reyes Reyes, recientemente ascendido a general de brigada pese a estar retirado. “Es irritante verlo disfrazado con uniforme”, dijo el oficial.
Según la fuente consultada, los discursos oficiales ignoraron la realidad de la Fuerza Aérea y se limitaron a la narrativa gubernamental: invasión, asedio, alabanzas a Maduro y advertencias contra Estados Unidos, sin abordar problemas internos ni ofrecer soluciones. “El mensaje del comandante general está fuera de la realidad, y el ministro recurrió a pasajes coloquiales entre elogios y apología a la triste fecha del 27 de noviembre de 1992”, afirmó.
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