Australia se ha convertido en uno de los destinos predilectos de los jóvenes españoles para irse a trabajar, viajar y estudiar. Sueldos elevados y la alta demanda de puestos de trabajo en este enorme territorio, tanto para graduados en carreras universitarias como en oficios donde requieran mano de obra con o sin cualificación, atraen a cada vez más personas de nuestro país que, libres de ataduras, se lanzan a la aventura de vivir al otro lado del planeta para ganar cifras inalcanzables en España para la mayoría de veinteañeros.
Este es el caso de Pau García Medina, una joven de 23 años de Gran Canaria que trabaja en una mina australiana por un sueldo de 6.000 euros al mes. Desde su cuenta de TikTok, cuenta cómo consiguió el trabajo desde España, a través de agencias de trabajo, qué requisitos piden y en qué consiste su día a día en un lugar tan diferente, entre insectos, ranas y reptiles.
«Se gana una barbaridad de dinero. Yo quería volver con dinero a Gran Canaria y esta es la manera más rápida», explica en Artículo14 desde la mina de oro en la que trabaja, ubicada en Kalgoorlie. Su trabajo no requiere cualificación: es empleada de limpieza, hace turnos en el bar o recorre las oficinas de las minas repartidas por la zona durante el turno de noche. Por este trabajo gana unos 1.400 euros por semana, trabaja dos semanas seguidas en turnos de 12 horas y descansa una.
Su experiencia ha atraído a muchos, y son cientos los mensajes que recibe en su cuenta de TikTok, personas interesadas en seguir sus pasos, muchas de ellas mujeres que jamás se habían planteado algo semejante, sobre todo trabajar en una mina, una imagen que en España se asocia a la población masculina.
No solo estamos rompiendo con el estereotipo de que las minas son solo para hombres, sino que trabajar en ellas no es tan malo
«Me siento muy orgullosa de que chicas me hablen y me digan: ‘pues voy a intentarlo, me han entrado ganas de probar este sector'», No es la única joven minera que se ha convertido en influencer, otras también están abriendo las puertas a un mundo nuevo. «Creo que no soy solo yo, sino todas las que hacemos vídeos. No solo estamos rompiendo con el estereotipo de que las minas son solo para hombres, sino que trabajar en ellas no es tan malo. Vale la pena, al menos desde mi experiencia», asegura.
Otras jóvenes que también están viviendo su misma situación y se han convertido en influencers, como la australiana de 27 años Sienna Mallon, han demostrado con su ejemplo que esta clase de empleos no solo es algo temporal sino que es posible prosperar: comenzó trabajando en una planta de fertilizantes y ahora es encargada en una mina de carbón en Queensland. Su salario ha pasado de unos 49.000 euros a 122.000 euros anuales.