Publicado: mayo 11, 2025, 4:30 am
Centenares de personas han comenzado a abandonar sus hogares en la Cachemira india mientras las sirenas antiaéreas suenan en Islamabad y Lahore. Los tambores de guerra retumban con fuerza a los pies del Himalaya con el fuego cruzado que India y Pakistán llevan días intercambiando en una de las fronteras más calientes y difusas del planeta. «Es la mayor escalada bélica en Cachemira en lo que llevamos de siglo XXI», afirma Beatriz Gutiérrez, directora del Máster en Terrorismo, Seguridad y Defensa de la Universidad Europea.
La tensión creciente ha encendido las alarmas en la comunidad internacional porque India y Pakistán son dos potencias con arsenal nuclear. Se estima que cada una tiene alrededor de 170 cabezas nucleares, aunque India cuenta con reservas de plutonio para desarrollar más de 200 nuevas ojivas. «La posibilidad de un conflicto nuclear siempre está latente, igual que Rusia podría bombardear con armas nucleares a Ucrania, pero creo que es una posibilidad remota porque evidentemente no le interesa a ninguna de las dos partes y al final todos tienden hacia la contención nuclear. Además, las grandes potencias como EEUU, Rusia o China han hecho llamamientos para que no escale el conflicto», señala la profesora.
Los apoyos internacionales y las alianzas han sido siempre fundamentales para mantener la contención y el equilibrio en la región. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos dio apoyo explícito a Pakistán y la URSS a la India, pero ahora el dibujo es un poco más complejo: «Estados Unidos ha sido siempre un aliado tradicional de Pakistán y aún mantiene buenas relaciones, pero desde que gobierna Modi, India también mantiene relaciones cordiales con EEUU e Israel, con los que ha habido intercambios económicos y de armamento muy fluidos, así que la posición de Washington es ahora más neutral».
De hecho, este sábado, fue Donald Trump el que anunció que ambas naciones habían acordado un alto el fuego «total e inmediato» con la mediación de Estados Unidos «tras una larga noche de conversaciones».
No obstante, se trata de un alto el fuego frágil, ya que el Gobierno paquistaní acusó poco después a la India de violar la tregua, y aseguró que está comprometido con el acuerdo, después de que Nueva Delhi denunciase horas antes que las tropas paquistaníes habían abierto fuego en la frontera.
No hay que olvidar que India se ha convertido en un potencial aliado de EEUU a la hora de contrarrestar el empuje económico de China, que poco a poco está amenazando su posición como primera potencia mundial. «India y China son los dos países más poblados del mundo y son competencia directa en Asia a nivel demográfico, industrial y comercial. En este conflicto, China es un claro aliado de Pakistán porque además es su principal inversor extranjero».
«Pekín también tiene sus propios intereses en la región de Cachemira porque controla la zona de Aksai Chin, que está reclamada por India y de vez en cuando también se producen escaramuzas militares que suelen pasar desapercibidas», recuerda.
«Uno de los países que más ha ayudado a Pakistán en su lucha contra la India es China», coincide David Odalric, analista en geoestrategia internacional y director de Seguridad y Defensa en el INISEG (Instituto Internacional de Estudios en Seguridad Global), aunque subraya que la India de Modi ha movido mejor los hilos en el tablero geoestratégico mundial: «India cuenta con apoyos internacionales de varios países en su relación con Pakistán, que incluyen a Estados Unidos, Rusia e Israel. Francia también tiene un papel importante en la cooperación militar con India. Las fuerzas indias son aproximadamente el doble del tamaño de las fuerzas de Pakistán y, según el Global Fire Power, hay una brecha de ocho puestos entre India y Pakistán en el ranking de los países con mayor fuerza militar de 2025. Si se llegara a una guerra abierta, estoy completamente convencido que India la ganaría».
Un ataque terrorista, el origen de la escalada
La actual escalada bélica tiene su origen en el ataque terrorista ocurrido el pasado 22 de abril en Pahalgam, en la Cachemira india, que le costó la vida a 26 civiles, la mayoría turistas indios. Nueva Delhi responsabilizó del ataque a grupos insurgentes vinculados con el gobierno de Islamabad y respondió bombardeando territorio pakistaní. Desde entonces, los ataques y escaramuzas han sido constantes a ambos lados de la llamada Línea de control (LOC), la frontera de facto entre India y Pakistán desde 1972.
Lo cierto es que en la Cachemira india operan varios grupos armados considerados terroristas por la ONU, como Jaish-e-Mohammed (JeM) o Lashkar-e-Taiba (LeT), y muchos de ellos tienen sus bases en Pakistán. «La mayoría son grupos vinculados a Al Qaeda, de origen pastún, que es la etnia mayoritaria en Pakistán. Son grupos armados muy conservadores, de corte salafista o yihadista, con un componente de liberación nacional porque pretenden integrar en Pakistán la zona india de Cachemira», dice la profesora.
«Aunque no reciben el apoyo directo del gobierno pakistaní, que es un buen aliado en la lucha contra el terrorismo internacional, sí cuentan con un apoyo tácito dentro de las Fuerzas Armadas y entre una gran parte de la población. Se trata de una frontera muy porosa y eso les permite actuar en territorio indio y refugiarse en Pakistán», añade, aunque también recuerda que India apoya a grupos insurgentes que actúan en territorio pakistaní, como los rebeldes de Baluchistán: «Reclaman la independencia de Pakistán y suelen tener bases en Afganistán. Se les considera aliados de la India porque tradicionalmente les ha financiado y enviado armas por debajo de la mesa para erosionar al gobierno pakistaní».
«Es complicado decir quién ha tirado la primera piedra porque es un conflicto que lleva estancado desde los años 70 con distintos periodos de escalada. No sabemos con certeza si el grupo terrorista que llevó a cabo el atentado de Pahalgam realmente estaba apoyado por el gobierno de Pakistán o si simplemente fue un ataque yihadista como se producen en tantas localizaciones del mundo. Además, el modus operandi fue muy consistente con un ataque yihadista por su intención de maximizar el número de víctimas», concluye Gutiérrez.
Odalric, en cambio, responsabiliza directamente a Pakistán: «Sus servicios de inteligencia fomentan y financian a los grupos terroristas de Cachemira, autores del atentado del pasado 23 de abril».
De momento, y a pesar de las llamadas a la contención de EEUU, Rusia, China y los países europeos, la tensión sigue en aumento en Cachemira y este jueves la India bombardeó con artillería y drones varios puntos de Pakistán. Islamabad denunció los ataques con drones, que activaron las sirenas antiaéreas en la capital y Lahore, y advirtió de que responderá a esos ataques. Por su parte, el ministro de Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, ha amenazado con una «respuesta firme» en caso de nuevas «acciones militares» pakistaníes.