Publicado: marzo 22, 2025, 3:00 pm
Una de las claves para mantener un buen estado de salud es la higiene. Por eso, es importante extremar el cuidado en nuestro día a día, aun con los gestos que a priori pueden ser más inocentes.
«Aunque aparentemente son inocuos, pueden tener consecuencias graves», explica la farmacéutica Debbie Grayson a The Sun. Estas son algunas de esas prácticas peligrosas.
Hurgarse la nariz
El gesto de hurgarse en la nariz, típico de niños (y no tan niños), conlleva sus peligros: «La piel del interior de la nariz es delicada y tiene un gran suministro de vasos sanguíneos que se encuentran cerca de la superficie», dice Grayson.
Hurgarse la nariz con frecuencia puede dañar la piel y los vasos sanguíneos, además de aumentar el riesgo de hemorragia nasal. Además, tus dedos transportan gérmenes y, cuando te hurgas la nariz, transfieres esos gérmenes a tus fosas nasales.
Esto puede provocar infecciones bacterianas como vestibulitis nasal, una infección de la piel alrededor de las fosas nasales o afecciones más graves como infecciones de los senos paranasales.
Y al revés: tocar otras superficies o incluso la boca y los ojos después de hurgarse la nariz puede propagar virus o bacterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como el resfriado o la gripe.
Estornudar en la mano
«Estornudar en las manos puede no atrapar todas las gotitas; algunas pueden pasar entre los dedos porque las bacterias y los virus son diminutos», dice Debbie Grayson.
Las manos son una de las principales vías de propagación de gérmenes, por lo que, al estornudar sobre ellas, transfieres virus o bacterias (como los de un resfriado, una gripe o incluso la covid-19) directamente a las palmas.
Estornudar en las manos puede contaminar superficies comunes como pomos de puertas, teléfonos o teclados. Esto crea un ciclo de contaminación cruzada, poniendo a otros en riesgo de contraer esos gérmenes.
Llevar zapatos en casa
En muchos países del norte de Europa y Asia, es costumbre quitarse los zapatos para entrar en casa, aun en viviendas ajenas. Pero en España no es así, pese a que llevar el calzado de exterior en casa es una práctica poco recomendable.
Los zapatos puedan recoger una gran variedad de bacterias, gérmenes y otras sustancias desagradables de las superficies sobre las que caminamos.
Entre las bacterias que podemos meter en casa está la E. coli, que puede causar infecciones en el intestino, así como la bacteria Clostridium difficile, que puede recogerse de los suelos de los baños y provocar diarrea, además de parásitos de las heces y pesticidas que podemos encontrar en cualquier ciudad.
«Si estos entran en tu cuerpo, puedes terminar sufriendo náuseas, vómitos y diarrea severa», agrega Grayson.
Poner bolsas en las superficies
Llegamos del supermercado y colocamos las bolsas de la compra en la mesa del comedor o la encimera: error. Estas bolsas pueden haber estado en contacto con gérmenes y otras sustancias y transferirse a las superficies. Esto también ocurre con bolsos o mochilas.
Si posamos bolsas de la compra o bolsos en la mesa del comedor o en la cocina, es importante limpiar muy bien la superficie antes de comer o cocinar sobre ella.
Hurgarse en los oídos
Usar los dedos o incluso hisopos de algodón para limpiarse los oídos puede aumentar el riesgo de dañar los componentes delicados del oído, especialmente el tímpano, una membrana extremadamente delgada.
También aumenta el riesgo de empujar la cera hacia el interior del oído y bloquearlo aún más. Esto puede aumentar el riesgo de sufrir tinnitus, un zumbido o pitido en los oídos.
Quitarte pelos de las pestañas
Arrancarse las pestañas repetidamente puede hacer que se debiliten, se vuelvan quebradizas o incluso se caigan. Y si encima lo haces con las manos o las uñas sucias, puedes provocar infecciones.
Algunos ejemplos son blefaritis, inflamación del párpado; conjuntivitis, la infección de la membrana transparente que recubre el párpado y el globo ocular; e incluso orzuelos, que son protuberancias dolorosas en el párpado causadas por glándulas infectadas.
Limpiarse las uñas con tarjetas
Es posible que, viendo algo de suciedad debajo de las uñas, recurramos a lo primero que encontremos para limpiarlas, como los bordes de una tarjeta de crédito o un carné.
No solo podemos cortarnos, sino que corremos el riesgo de introducir bacterias en la zona, aumentando el riesgo de infección.