Publicado: noviembre 20, 2025, 3:00 pm
En México, “no tienen resonancia los discursos que normalizan la violencia como camino, que glorifican la imposición o que pretenden restaurar un país de privilegios para unos cuantos”, afirmó la presidenta Claudia Sheinbaum al encabezar el desfile conmemorativo por el 115 aniversario de la Revolución Mexicana.
“El que convoca a la violencia, se equivoca. El que alienta al odio, se equivoca. El que cree que la fuerza sustituye a la justicia, se equivoca. El que convoca una intervención extranjera, se equivoca. El que convoca, el que piensa que aliándose con el exterior tendrá fuerza, se equivoca. El que cree que las mujeres somos débiles, se equivoca. El que cree que la Transformación duerme, se equivoca. El que piensa que las campañas de calumnias y mentiras hacen mella en el pueblo y en los jóvenes, se equivoca. El que piensa que el pueblo es tonto, se equivoca”, arengó la presidenta en ocasión del 115 Aniversario de la Revolución.
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“México vive un momento que antes parecía imposible. Hoy el poder ya no se usa para someter, sino para servir. Ya no hay imposiciones ni privilegios, hay Constitución, hay democracia y hay un gobierno que escucha, que respeta y que responde a su pueblo”, dijo.
“Hoy las libertades no solo se otorgan desde arriba; se ejercen desde abajo, desde cada barrio, desde cada comunidad, desde cada voz que habla con dignidad, porque en México ya nadie es silenciado, ya nadie es perseguido por pensar distinto, y eso es una conquista del pueblo de México”, recordó Sheinbaum Pardo.
“Hoy el gobierno dejó de ser un espacio reservado para unos cuantos. Ya no es un club de privilegiados. Hoy representa a todas y a todos: a quienes estudian, a quienes trabajan, a los comerciantes, a los jóvenes, a los indígenas, a las mujeres, pero, sobre todo, representa a las y los que menos tienen, a las y los humildes, para poder conseguir su bienestar”, aseguró.
En clara referencia a sus críticos, dijo que se acabó la era de los lujos del poder y gobierna con austeridad, ética y honestidad.
“Porque, que se oiga bien y que se oiga fuerte: ¡La autoridad moral no se compra ni con todo el dinero del mundo, se construye a lo largo de la vida con coherencia y convicciones! Por ello, no aceptamos la corrupción y desde aquí seguimos luchando con la ley en la mano contra la impunidad”, concluyó la presidenta.

