Publicado: abril 6, 2025, 1:30 pm
Elon Musk fue uno de los principales apoyos de Donald Trump en la campaña electoral de noviembre gracias a sus aportaciones millonarias y cuando asumió el cargo se convirtió en su principal asesor. Pero ahora parece que las cosas han cambiado y son cada vez más las voces que dicen que el magnate ha caído en desgracia.
Musk actualmente supervisa el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), la nueva agencia federal encargada de «hacer que el gobierno sea más eficiente, más rápido y más barato». Pero sus prácticas agresivas recortando la fuerza laboral federal y sus frecuentes arrebatos en X, su plataforma de redes sociales, han molestado a los miembros del gabinete de Trump.
Sus detractores han destacado su rotundo fracaso en Wisconsin, donde Musk invirtió 20 millones de dólares en candidatos republicanos que han fracasado en su carrera por la Corte Suprema del estado, algo que algunos analistas consideraron como un referéndum sobre Musk.
Pero la gota que ha colmado el vaso de Trump ha sido la presencia de Musk en una reunión informativa del Pentágono sobre China, preocupado porque lo que se decidiera representara un posible conflicto con los negocios del magnate tecnológico en este país.
Trump «no quedó contento» cuando descubrió que Musk iba a asistir a esta reunión informativa sin decírselo primero y vio la participación del magnate tecnológico como un posible conflicto de intereses.
El punto de disensión más reciente han sido los tuits publicados por Musk durante este fin de semana para criticar al asesor comercial de Trump, Peter Navarro, por su defensa de la política arancelaria del presidente.
Este sábado, además, Elon Musk se desmarcó de las últimas declaraciones de Trump sobre este tema y en una intervención por videoconferencia con el político italiano Matteo Salvini, dijo que lo ideal sería una política de «aranceles cero».
El show de la motosierra
A gran parte del partido no le gustan tampoco las formas del millonario. El pasado mes de febrero, en un evento conservador, Musk subió al escenario blandiendo una motosierra como sinónimo de los recortes que va a aplicar en la administración.
Este gesto fue visto como «demasiado extremo» por muchos de los aliados de Trump. El senador republicano Lindsey Graham advirtió que la escena terminaría siendo utilizada contra otros republicanos en las próximas elecciones.
El estilo cada vez más errático de Musk en la Casa Blanca le ha valido la reputación de ser una persona con la que es difícil trabajar. Los críticos dicen que ofrece pocas explicaciones sobre sus ideas descabelladas o sus repentinos cambios de opinión.
Trump ha informado a su gabinete y a su círculo íntimo que Musk dejará cargo gubernamental en las próximas semanas, pero muchos no esperan que Musk desaparezca por completo.
Según fuentes cercanas a la Casa Blanca citadas por el Daily Mail que cualquiera que piense que Musk va a desaparecer de la órbita de Trump se está «engañando a sí mismo».
Es probable que el fundador de Tesla siga teniendo acceso regular a Trump y una invitación abierta a la Oficina Oval. Y es probable que siga frecuentando Mar-a-Lago, donde él y Trump cenan juntos con frecuencia.
Lo que está claro es que los demócratas lo van a utilizar como arma arrojadiza, como lo hicieron los republicanos con Nancy Pelosi, en las próximas elecciones de mitad de mandato, en las que está en juego el control del Congreso.
Una encuesta reciente de NBC News reveló que la mayoría de los votantes a nivel nacional (51%) tienen una visión negativa de Musk, mientras que solo el 39% lo ve de manera positiva.
