Publicado: abril 11, 2025, 1:30 am
Atrás quedó el extremo ejercicio de calistenia al que sometía su cuerpo cada día. O, al menos, por un tiempo. Desde que Gero Arias, conocido por su reto de las 366 dominadas, sufrió una grave caída desde un acantilado de más de 10 metros de altura, la atlética vida del influencer ha dado un giro de 180 grados mientras continúa recuperándose de las secuelas.
Y es que el argentino, que perdió parte de sus dedos en el accidente, tuvo que ser operado de urgencia para intentar recuperarlos. Ahora, después de desmentir haberse inventado el accidente para ganar repercusión, el joven de 21 años ha actualizado sobre su estado de salud, mostrando la evolución de su mano izquierda, a escasas dos semanas de la cirugía.
En el vídeo, que supera las 7 millones de visualizaciones en TikTok, se puede ver a Gerónimo, como se llama en realidad, en su primera revisión médica. Antes de proceder a quitar el vendaje y la escayola que cubre su mano, el médico le pregunta si ha sufrido alguna complicación, a lo que el tiktoker contesta, con rotundidad, que no.
«No me dolió nunca nada. Es más, este dedo no lo siento nada», confiesa. A pesar de este síntoma, el doctor explica que la pérdida de sensibilidad se debe a que se suturaron los nervios de su mano, por lo que no se trata de un asunto preocupante, ya que requiere aún de más tiempo para que se regeneren.
En la segunda parte de su visita, cuyo vídeo acumula el doble de visitas en la plataforma, Gero enseña cómo quedó «el Frankestein», tal y como él mismo describe su propio mano. Así, sin perder un ápice del optimismo que tanto le ha caracterizado estas semanas, el influencer no solo muestra a su comunidad los hematomas y cortes de sus dedos, sino también todo el proceso que conllevó su visita al hospital.
Desde el resultado de su radiografía hasta el momento en el que uno de los médicos procede a retirarles los puntos, Arias logra tranquilizar a sus seguidores, pues, por lo que parece, va a lograr recuperar sus dedos. «Si después hace falta, te haremos un injerto de piel», le comenta uno de los médicos.