Publicado: agosto 28, 2025, 3:00 am
En años recientes, México transita aceleradamente hacia una que podríamos llamar democratización de internet en los hogares. Conforme a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI, entre 2022 y 2024 todos los deciles de ingreso registraron avances en la adopción de internet.
Aquellos hogares con menos recursos destacan con el mayor crecimiento en términos de adopción: en el decil 1, el acceso creció de 17.7% a 28.9%, y en el decil 2, de 30.8% a 44.4%.
Estos incrementos dan muestra que la inclusión digital comienza a permear en los segmentos más desfavorecidos socioeconómicamente. Si bien la disponibilidad de internet en los hogares con mayor poder adquisitivo es casi universal —96.3% en el decil 10—, la reducción en la brecha digital es innegable.
El caso de los deciles medios también es significativo: el decil 5 pasó de 60.9% a 72.0% y el decil 6 de 67.6% a 78.0 por ciento. Estas cifras dan cuenta de los avances hacia una conectividad cada vez más extendida, aunque todavía inequitativa.
Costo de la conectividad. Ciertamente el acceso registra un impulso significativo, pero al analizar la historia del gasto en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) el resultado es muy distinto.
El hogar mexicano promedio destina $2,937 pesos trimestrales a este rubro, equivalente a 3.8% de su ingreso corriente.
Sin embargo, la carga económica no es uniforme: los hogares del decil más bajo gastan $944 pesos, lo que representa 5.6% de su ingreso, mientras que los del decil más alto desembolsan $6,658 pesos trimestrales, apenas 2.8% de su presupuesto total.
Esto revela una paradoja de la inequidad. Aquellos quienes menos tienen dedican una mayor proporción de su ingreso para conectarse. Sin embargo, en términos absolutos los hogares con mayor poder adquisitivo invierten más, mientras que aquellos en la base de la pirámide enfrentan un esfuerzo económico que puede mermar su capacidad de acceder a más y mejores dispositivos y servicios.
Distribución del gasto. El análisis del gasto TIC indica que los servicios dominan la canasta digital de los hogares mexicanos, tal que 84.7% se destina a servicios, principalmente recargas celulares (30.3%) y paquetes de doble, triple o cuádruple play (32.8%), mientras que el streaming ya asciende a 8.3% del gasto en servicios.
En contraste, apenas 15.1% se dedica a la compra de equipos, principalmente teléfonos móviles y laptops (6 de cada 10 pesos en este rubro), mientras que el software representa un marginal 0.2% que primordialmente incluye el gasto en aplicaciones.
Este patrón refleja que la prioridad de los hogares es garantizar el acceso básico a la conectividad, así como la inversión en dispositivos que habilitan el aceso a herramientas y aplicaciones de comunicación, productivas o educativas de valor agregado.
Asequibilidad, asignatura pendiente. Los datos de la ENIGH dejan en claro que México avanza hacia la universalidad digital, pero también que la brecha no se resuelve únicamente con conectar hogares.
Se requieren políticas públicas y estrategias de mercado que garanticen la asequibilidad de los servicios y dispositivos, además de fortalecer la capacidad económica de las familias.
El reto va más allá de llevar internet a los hogares, se trata de crear condiciones para que esa conectividad sea sostenible y eficiente. La persistencia de un esfuerzo desproporcionado en los deciles más bajos indica que, sin medidas adicionales, se podría estar gestando una brecha digital, ahora en términos de capacidades y calidad de los dispositivos y servicios.