Te despiertas en medio de la noche, sales a la calle y descubres que tu coche ha desaparecido. No hay señales de ningún tipo. Tan solo un espacio vacío donde debería estar estacionado el vehículo. Llamas a la policía, pero las probabilidades de recuperarlo parecen mínimas. Sin embargo, recuerdas algo que podría cambiarlo todo: un AirTag.
Es una historia real y es la que le ocurrió a Scotty Turner, un usuario de Chicago que contó su historia en Reddit. Un robo que, lejos de ser uno más, se convirtió en una historia en la que pasa de todo. Incluso arroja sentimiento de lástima por el ladrón.
Paseo nocturno con el coche y primera sorpresa
Scotty se define a sí mismo como un búho por aquello de hacer vida de noche. Por eso, que saliese a las tres de la mañana de casa para dar una vuelta con su coche no era ni mucho menos raro. Lo raro fue que al bajar a la calle, el coche no estaba. De todas formas, no se asustó.
Vive con otro familiar más joven y afirma que también él es un animal nocturno. Scotty creyó que sencillamente le había tomado prestado el coche «para ir al McDonalds» o algo así. Le telefoneó para confirmarlo y, ahí sí, llegó el gran susto: él no lo había tomado.
El pánico se debió apoderar de Scotty en ese momento, quien afirma que hizo «todo lo que hay que hacer en estos casos». Es decir, llamar a la policía, denunciar y dar parte al seguro. Tras ello dice que sólo podía sentir pena por sí mismo y frustración. Su Subaru Forester de 2010 había desaparecido. O, mejor dicho, se lo habían robado.
Y aquí cabe incidir en una cosa que, aunque Scotty deja para el final de su historia, es importante en este punto: no había cerrado el coche con llave al sentirse confiado por vivir en un barrio seguro. Con ello trata de aleccionar al resto para que no cometan ese error.
Los AirTag como mecanismo de emergencia
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Ante semejante susto, a Scotty no se le había pasado por la cabeza un punto fundamental: tenía un AirTag escondido en el coche. Se había olvidado que hacía apenas unos meses había comprado un pack de cuatro AirTag ante la «pequeña posibilidad» de que le robaran el coche. Y sí, sería pequeña, pero la probabilidad acabó transformándose en un hecho real.
Apple Paquete de 4 AirTag
Scotty marcó como perdido el AirTag y confió en la amplia red de dispositivos Apple de la ciudad. En el funcionamiento de este accesorios es fundamental, dado que no son un GPS, sino que envían su posición a los servidores a través de dispositivos como iPhone, iPad y Mac que pasen cerca de ellos.
En la app ‘Buscar’ de su iPhone, la última posición marcada para el AirTag era la de su casa, ubicación que quedó marcada con las 22.17. Es decir, que el robo debía haberse producido en ese intervalo de 5 horas desde aquel registro y hasta que Scotty salió a la calle y comprobó que su coche no estaba.
Apenas diez minutos después de marcar el AirTag como perdido, la suerte empezó a sonreir a Scotty. El AirTag mostraba una nueva ubicación. Estaba en los suburbios de la ciudad, por lo que procedió a llamar de inmediato a la policía para actualizarles la información.
Llegó el momento de pasar a la acción
Según la app ‘Buscar’, la posición exacta del AirTag estaba fijada en el parking de un Walmart, una conocida cadena de supermercados estadounidense. Y debido a que la policía no lo encontró, Scotty dio por hecho que el ladrón había encontrado el AirTag y había decidido tirarlo para evitar que le siguiesen.
En cualquier caso, esto no impidió que decidiese acudir él mismo a comprobar si de verdad su coche no se encontraba allí. Acudió con su segundo coche a eso de las cinco de la mañana, varias horas después de denunciar el robo. Eso sí, le falló la intuición, dado que pudo encontrar varios coches allí aparcados, pero ninguno era su Subaru robado.
Con la ayuda del iPhone y la función de localización cuando el AirTag está cerca, pudo ver que el accesorio estaba tirado en el suelo debajo de un coche. Llovía y «estaba asqueroso», por lo que no se molestó en agacharse para recogerlo. Al final, el AirTag era lo de menos comparado con su coche.
«Si me hubiese ido 30 segundos antes, no hubiera recuperado mi coche»
Pese a que su coche no estaba allí, Scotty no quería irse de aquel parking. Esperaba ver aparecer su coche robado, pero estaba ya aburrido de esperar. Su idea era la de avisar a las autoridades de que había estado allí y que, quizás, con las cámaras de seguridad pudiesen ver el rostro del ladrón.
El momento escogido por Scotty fue el más indicado, ya que estando a punto de salir y cruzar un semáforo vio aparecer su coche. No es que estuviese completamente seguro, pero sí «a un 90%». Y lo mejor es que venía hacia él, así que podría pararlo.
Sin embargo, a Scotty le entró un cierto miedo evidente ante semejante situación. Quiso acercarse, pero no sabía si el tipo que conducía se podría enfrentar a él e incluso dispararle. Así las cosas, optó por realizar la tercera llamada en tres horas a la policía para informarles de lo ocurrido. Un momento que, por cierto, se refleja en un vídeo compartido por el propio Scotty.
Los agentes tardaron poco en llegar a aquel lugar y sacaron al ladrón del coche. Era, según describe Scotty, «un tipo pálido y delgado» y «se le veía abatido». Tanto, que reconoce que empezó a sentir lástima por él. Era un indigente y, a tenor de lo que luego encontraría en el vehículo, adicto a las drogas. «No tuvo una vida fácil», reconoce Scotty en un admirable intento de perdonar el robo frustrado por parte de aquel hombre.
Un coche en estado lamentable y con sorpresas
Pese a que el coche apenas había estado unas horas en posesión del ladrón, fue suficiente para que Scotty se encontrase un interior casi irreconocible. Estaba lleno de colillas de cigarrillos y afirma que «olía a tabaco y a hierba», en referencia a marihuana, claro.
También afirma que se encontró varias marcas en los asientos de haber apagado cigarrillos en ellos. Era un desastre el estado en el que lo encontró, pero como él mismo reconoce, al menos pudo recuperarlo. Eso sí, al día siguiente tuvo que emplearse a fondo para limpiarlo y quitar el mal olor.
Lo que también destaca de esta historia es que dentro del coche había, aparte de «toneladas de basura», otros artículos robados como bolsas llenas de teléfonos, tablets y relojes. A cargo de ellas se quedó la policía, por lo que es posible que sus dueños originales pudiesen acabar recuperándolos si pusieron la pertinente denuncia.
A fin de cuentas, esta ha sido «una experiencia loca» como define su propio protagonista. Y con una lección clara: es importante no confiarnos y tomar precauciones ante robos. En este caso, cerrar el coche, pero también usar un AirTag. Este accesorio nos sorprende a menudo por su enorme capacidad de ayudar a encontrar todo tipo de objetos robados.
Imagen de portada | Wikimedia Commons (1 y 2)
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La noticia
Fue a buscar su coche robadogracias a un AirTag y encontró algo peor. «Olía a drogas. Fue uno de los días más ridículos de mi vida»
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Álvaro García M.
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