Publicado: septiembre 7, 2025, 5:30 am
Francia vive el día de la marmota. El último Gobierno duró menos de nueve meses, y este, con François Bayrou al frente va camino de caer también: desde las elecciones legislativas de 2024, que arrojaron una Asamblea Nacional sin mayorías claras, el país vive en un bucle de crisis e inestabilidad que se pondrá a prueba de nuevo este lunes en una cuestión de confianza para la que el primer ministro no tiene los apoyos. ¿Qué está pasando en uno de los motores de la UE? La razón de ese rechazo a Bayrou está en su impopular plan de ahorro de 44.000 millones de euros en los presupuestos de 2026. Las medidas, anunciadas el pasado 15 de julio. De 74 años, Bayrou se la juega para impulsar su plan de ahorro presupuestario. «Sí, es arriesgado, pero es aún más arriesgado no hacer nada», ha dicho, poniendo sobre aviso a ciudadanos, partidos e incluso a un presidente Emmanuel Macron sobre el que están todos los focos.
De hecho, las últimas noticias apuntan a que el propio Macron no descarta dar un giro a lo que ha hecho hasta ahora y podría estar planteándose nombrar un primer ministro socialista si Bayrou no supera la prueba de este lunes. Esto ha sido algo que no ha estado sobre la mesa desde las legislativas, pese a los reclamos de ese sector -apoyándose sobre todo en los resultados de los comicios, que acabaron con victoria de la alianza del Nuevo Frente Popular-. Primero Barnier y después Bayrou movieron el tablero hacia lo conservador; ahora podría darse el caso de que la derecha tradicional aceptase a un premier de centroizquierda como ‘tirita’ ante la herida política que sufre Francia.
Daniel Gil, analista en The Political Room especializado en UE, explica a 20minutos que esto viene de lejos, y que ahora mismo Francia es un país «sin mayorías parlamentarias» para poder avanzar. «En otras circunstancias se hubiera podido llegar a acuerdos entre las fuerzas republicanas, los socialistas, el Partido de la Izquierda y los republicanos, incluso con solo algunas fuerzas dentro de esa coalición de izquierdas que no votan juntos siempre ni tienen la obligación de hacerlo, como ya hemos visto», comenta, pero la división ya es total y muy complicada de corregir, con RN asumiendo la oposición… y dando la carrera hacia las presidenciales de 2027.
«Esta situación de ausencia de mayoría, de parálisis política, se une a que Francia está en una situación financiera muy complicada, tiene un déficit público disparado, supera con creces las reglas de déficit de la Unión Europea», recuerda Gil, que recuerda que tal crisis ya se llevó por delante a Michel Barnier como primer ministro hace pocos meses. Pero no hay demasiadas posibilidades que no pasen por los recortes. «Francia no puede ahora mismo financiar su estado de bienestar y los recortes, no son una opción política, es una cuestión necesaria para guardar las puertas del país«, termina.
Así, para el analista Bayrou parece tener pocas salida: lo normal es que pierda la moción de confianza y se adelanten las elecciones legislativas. «La cuestión es que ahora mismo ninguno de los partidos quiere apoyar a un Gobierno que propone medidas sumamente impopulares justo antes de las elecciones, porque habrá elecciones más pronto que tarde. El país está en una campaña electoral permanente», añade; y esos comicios, termina, «pueden ser el mal menor» para Francia en estos momentos.
Por su parte, David Gómez, de El Orden Mundial, sostiene que la mirada no tiene que ponerse en unas elecciones legislativas de nuevo porque, dice, el país «iría a un escenario similar al actual», es decir, casi de bloqueo total. Pero con las presidenciales -previstas para 2027- la historia es otra. «Creo que es una solución o un paso prácticamente inevitable, porque la presidencia de Macron está totalmente amortizada, con una situación insostenible, y me cuesta ver un escenario en el que Macron sea capaz de aguantar hasta 2027″. Sobre el presidente, otrora intocable, pone el foco Gómez. «El elemento que explica esta actual inestabilidad política es la debilidad de su presidente», expone el analista.
La presidencia de Macron está totalmente amortizada
En palabras de Gómez, el presidente «ya cometió la decisión errónea» de adelantar las legislativas, que arrojaron el mapa político que ahora impera en Francia. Y repitió ese error, añade, al «no querer formar un Gobierno de cohabitación con un primer ministro de la izquierda». En este sentido, para el experto «todo el foco tiene que estar sobre Macron» porque Bayrou u otro primer ministro «serán simplemente dirigentes políticos con muy poco margen de maniobra», aunque el detonante ahora mismo de esta nueve prueba para Francia sea la ausencia de Presupuestos.
Con el voto de confianza, el jefe de Gobierno busca medir si cuenta con suficiente respaldo parlamentario para su ajuste presupuestario de 44.000 millones de euros. Al apretarse el cinturón, Bayrou intenta reducir un déficit que alcanzó el 5,8% del PIB el año pasado, casi el doble del límite oficial de la Unión Europea, que es del 3%. Las medidas incluyen la eliminación de dos días festivos (el Lunes de Pascua y el 8 de mayo, fin de la Segunda Guerra Mundial), el fin de 3.000 puestos de trabajo de funcionarios públicos y la congelación del gasto social y los tramos impositivos en 2026 al nivel de 2025, sin ajustarlos a la inflación.
De momento, la mayor dureza llegó contra Bayrou por parte de Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen y Jordan Bardella. Ambos han pedido al presidente Emmanuel Macron una convocatoria electoral «ultrarrápida» con la idea de que Francia tenga presupuestos. Y lo hicieron sin esperar nada tras la ronda de contactos que tuvo Bayrou con los partidos políticos… sin suerte para él. «Si realmente hubiera querido escuchar las reclamaciones de los diferentes partidos políticos lo tendría que haber hecho desde el mes de julio y no como una forma de negociación para si le votan o no la confianza», sostuvo la líder de RN, quien cree que tanto Macron como Bayrou van tarde en su toma de decisiones.
En general, Bayrou trata de abrazar tanto al Partido Socialista como a la derecha tradicional de los Republicanos, en una mayoría endeble que hasta ahora le ha sostenido sin demasiada fuerza. Y Macron pide apoyos para su primer ministro dentro del caos: «Independientemente del resultado, lo que sabemos es que la situación económica en Francia no se resolverá» con un nuevo Ejecutivo caído, expuso la pasada semana la portavoz del Gobierno francés, Sophie Primas. Las circunstancias ahora mismo son «únicas» para el país galo, que nunca se ha visto en este ‘momentum’ de incertidumbre. Así, Macron y los suyos reclaman a los partidos que «aporten soluciones». En cambio, los socialistas ya han avisado: su decisión de tumbar al Ejecutivo es «irrevocable», en palabras de su líder, Olivier Faure.
La parálisis política en Francia no parece tener salida y el bucle llega al mismo punto en el que cayó Michel Barnier. Bayrou puede ser este lunes el segundo en poco tiempo que deje a medias las soluciones, con una moción de confianza a la que llega sin apoyos y con la sombra de la dimisión. Pero el mensaje va más allá y es para Emmanuel Macron: todos, propios y extraños, le piden al presidente que los galos vuelvan a las urnas… aunque eso quizás no solucione nada.