Publicado: agosto 17, 2025, 3:30 am
Cuando a mediados de la década de los ’90 se encendía la televisión y se oía una risa nasal, aguda y contagiosa, era imposible no reconocer a Fran Drescher, que convirtió su timbre de voz en prácticamente una marca registrada.
Alcanzó la fama mundial al interpretar a Fran Fine en La niñera (The Nanny), una sitcom que ella misma había creado junto a Peter Marc Jacobson, con quien por entonces estaba casada.
La serie, emitida a lo largo de seis años hasta 1999, nos traía las peripecias de una mujer de Queens que termina trabajando como niñera para una familia adinerada de Manhattan y con cuyo padre (viudo) mantiene la tensión sentimental un episodio tras otro).
Entertainment Weekly le reconoció a Drescher el haberse sabido ganar al público con su carisma, su imagen excéntrica, su talento para la comedio y también por haber roto moldes al representar con orgullo a una mujer judía de clase obrera, algo poco habitual en la televisión del momento.
Tras The Nanny, Drescher llegó a desaparecer. Protagonizó otras series como Living with Fran o Happily Divorced, esta última inspirada en su propio divorcio con Jacobson quien, tras la separación, salió del armario y se declaró abiertamente gay, como recogieron medios como la revista People o la CBS.
Sin embargo, en cuanto a interpretación, Drescher nunca volvió a alcanzar el éxito conseguido con La niñera.
Publicó varios libros, entre ellos Enter Whining (1996, una autobiografía) y Cancer Schmancer (2002), donde cuenta su experiencia al atravesar un cáncer de útero mal diagnosticado. Esta experiencia, precisamente, la llevó a fundar el Cancer Schmancer Movement, una ONG centrada en la detección temprana y la prevención del cáncer.
Desde entonces y en estos últimos años, la voz de Drescher se ha convertido cada vez más en un tótem en diversos frentes. Se presenta en sus redes sociales no solo como actriz, creadora, escritora y directora, sino también como ecologista, activista LGTBQ y budista.
Es, además, presidenta del sindicato SAG-AFTRA, que representa a más de 160.000 profesionales de la comunicación y el entretenimiento, como actores, locutores y anfitriones, entre otros. Su papel se volvió más relevante incluso durante la huelga de 2023, en la que su discurso apasionado contra los abusos de los grandes estudios se volvió viral y la convirtió en un inesperado símbolo de lucha sindical.
A sus sesenta y siete años, Drescher ha celebrado recientemente sus «25 años de buena salud», con un vídeo en el que saluda a todos sus seguidores desde Italia y dice sentirse «muy agradecida» y continuar con «la práctica de la superación personal».