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Durante los primeros días de diciembre los ojos del mundo científico estuvieron puestos sobre San Andrés Isla, Colombia, pues con el lema “Ciencia que dialoga” se llevó a cabo el IV Foro Abierto de Ciencias de Latinoamérica y el Caribe (Cilac), en San Andrés Isla, Colombia, que reunió a 500 líderes políticos, académicos y empresarios de un total de 46 países, a fin de buscar el avance en la construcción de políticas públicas en materia de ciencia, tecnología e innovación.
Luego del Foro Mundial de Ciencia, llevado a cabo en Budapest, Hungría –a finales de noviembre–, tocó el turno a la región de América Latina y el Caribe para hacer sus propias reflexiones y como una de las actividades más importantes del encuentro, se dio a conocer el lanzamiento de la Década Internacional de las Ciencias para el Desarrollo Sostenible por parte de la ONU. El objetivo es facilitar el movimiento de dinero, producir más conocimiento científico y fortalecer la cooperación de distintos actores en los rubros de ciencia, tecnología e innovación en la región.
Además, los asuntos clave en el foro fueron ciencia abierta, transición energética, salud pública, economía oceánica, el rol de la inteligencia artificial, educación e innovación social y productiva.
Se hizo hincapié en que la ciencia, sus métodos, sus fines y las condiciones en las que se desarrolla son fuertemente influenciadas por las políticas públicas y, a su vez éstas pueden tener un impacto considerable en asuntos como el cierre de brechas de género y la construcción de equidad.
Lidia Brito, directora de la oficina regional de Ciencia para América Latina y el Caribe de la UNESCO, destacó la importancia de que la ciencia contribuya a reducir justamente los temas de inequidad y abone a la construcción de paz. Por eso dentro del ámbito de las recomendaciones del organismo, se habló de ciencia abierta y cómo ellos están trabajando con la Organización Internacional para la Propiedad Intelectual (Aipo) para tener una guía que permita articular la ciencia abierta con la idea de que el conocimiento es un bien común con los derechos intelectuales del que produce el conocimiento. “Esto es fundamental para la región”, dijo.
Agregó que es necesario abrir el diálogo y “tener a las empresas trabajando con nosotros”, hacer un proceso inclusivo y encontrar las formas para que la ciencia abierta sea un instrumento de desarrollo.
Por su parte, la ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, Yesenia Olaya, advirtió que las autoridades latinoamericanas aún tienen retos enormes debido a que la población tiene múltiples necesidades básicas insatisfechas.
Por eso invitó a las comunidades académicas a vincularse en la toma de decisiones, pues “la ciencia está avanzando mucho más rápido que la política”. Sin embargo, sostuvo que en varias regiones de América Latina hay fuertes brechas de desigualdad. Y reflexionó: “Hay que preguntarse cómo ser parte de la revolución científica al mismo tiempo que se les da respuesta a los derechos básicos insatisfechos”.
“No podemos seguir con una ciencia de espalda a las comunidades, la ciencia debe estar de cara. Y esto implica un acto de democratización, de humildad con el conocimiento, que es una herramienta y un bien social. La ciencia de esta manera nos debe ayudar a transformar la vida de las comunidades. Eso es construir una ciencia democrática para la paz”, argumentó la ministra Olaya, quien también anunció que Colombia es el único país en América Latina que ha adoptado una política integral de ciencia abierta.
Participación de México
Por su parte, la científica mexicana Ana María Cetto dijo al respecto: “En realidad, América Latina ha sido líder y debería declararse a la vanguardia de la ciencia para la paz. Nosotros tenemos una trayectoria en la paz como ninguna otra región en el mundo (…) No invadimos a otros países para hacer la guerra y, por el contrario, siempre tenemos una trayectoria histórica en resolución de conflictos. Somos expertos en eso internacionalmente”.
De manera oficial, México tuvo participación a través de la subsecretaria Violeta Vázquez–Rojas Maldonado, integrante de la próxima Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, quien presentó los ejes de política nacional.
Vázquez-Rojas Maldonado también sostuvo reuniones bilaterales con la viceministra de Conocimiento, Innovación y Productividad del gobierno colombiano; con la directora general adjunta de Ciencias Naturales de la UNESCO, así como con representantes de la Red Latinoamericana para la Ciencia Abierta, sobre políticas y acciones que permiten el acceso al avance del conocimiento.
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